Cómo afrontan el verano cinco opositores del COIAL: esperanza, esfuerzo y rutina bajo el sol

El verano, con sus días largos, el calor, las vacaciones de amigos y familiares, las fiestas populares y la invitación constante a desconectar, es una época especialmente compleja para quienes se preparan para unas oposiciones. Desde el COIAL se organizan dos programas de preparación de gran prestigio: uno para el Estado y otro a nivel autonómico. Cinco estudiantes de estos programas, tres mujeres y dos hombres, nos cuentan cómo viven, sienten y gestionan el verano.

Adaptarse para no rendirse y encontrar rendijas de escape

La rutina de estudio durante el verano no es sencilla, pero cada opositor la adapta a su realidad y condicionantes. Pablo Bru, que compagina el trabajo con los estudios de la oposición autonómica, afirma que el verano “no se diferencia mucho del resto de año porque sigo trabajando en mi jornada habitual”, aunque reconoce que compatibilizar el estudio con el trabajo en periodo estival “se hace un poco más complicado, porque en este periodo del año es cuando más actividad social se suele tener”.

Sergio Rodríguez oposita al Cuerpo Nacional de Ingenieros Agrónomos y pone el énfasis en el efecto del calor: “Influye muchísimo, así que me levanto temprano, hago algo de ejercicio para activarme y estudio hasta la hora de comer. Después de un breve descanso, retomo hasta última hora de la tarde.” Además, busca el equilibrio saliendo a pasear con su padre justo antes de cenar, lo que considera “una forma de desconectar sin romper del todo el ritmo”.

Por su parte, Loles Cebrián, aspirante a una plaza autonómica, mantiene una firme disciplina: “Ahora en verano, el único cambio que voy a hacer es que no voy a coger vacaciones, voy a seguir trabajando porque me las guardo para cuando esté cerca del examen para poder estudiar”. Este compromiso hace que su jornada sea prácticamente invariable, aunque asume que es una decisión de sacrificio.

Otra de las opositoras, que prefiere mantenerse en el anonimato, estudia con una carga doble de responsabilidades —trabajo y dos hijas pequeñas— y ha planificado el verano con mucho detalle: “Lo que he hecho ha sido organizarme todos los temas que tenemos, hacerme una planificación en función del número de temas y de los temas que puedo revisar al día durante el periodo de vacaciones en función de la disponibilidad que tengo”. Su aspiración para verano es “sacar dos o tres horas al día, que igual es un poco ambicioso, pero prefiero tener el listón alto”.

Finalmente, Alba Gutiérrez, que opta a una plaza a nivel nacional, destaca la influencia del calendario de exámenes en la planificación: “Más que adaptar mi rutina al verano, la he ido ajustando según avanzaba el proceso selectivo… El calendario de las pruebas condiciona muchísimo nuestra planificación. Intento dividir el día en dos grandes bloques con una pausa a mediodía para tratar de sostener el ritmo y no quemarme.”

Para todos ellos, encontrar momentos para desconectar sin culpa es fundamental para mantener el equilibrio mental.

Pablo ha comenzado a practicar mindfulness “unos minutos al día para tratar de vivir más relajadamente dejando la mente en blanco.” Además, “una vez por semana hago alguna pequeña actividad al aire libre fuera de la ciudad y hago deporte un par de días a la semana en el río.”

Sergio tiene su momento tras la comida: “Me tomo un pequeño descanso, suelo aprovechar ese rato para tomar un café tranquilo mientras leo algo que no tenga que ver con la oposición.”

Loles es clara: “No tengo ritual, pero tengo al perro que me ayuda mucho. Cojo y digo, déjate estudiar, tengo que sacar el perro, y me lo bajo al río y lo suelto y desconecto así un poco.” Para ella, es un apoyo emocional fundamental.

Alba, muy rigurosa con su rutina, tiene un ritual fijo: “Entreno en el gimnasio seis días a la semana, los seis días que estudio también entreno. Intento dividir mis horas de estudio en dos bloques y ejercitarme entre uno y otro. Durante el entrenamiento intento no pensar en los temas ni en nada más, mantengo el móvil en modo avión para que no me distraigan.” Añade que los días que no entrena “llego más cansada psicológicamente que los días que sí.”

Vacaciones: entre descanso, las tentaciones y el sacrificio consciente

Cuando llega la cuestión del descanso vacacional, las respuestas revelan matices que van desde la necesidad de desconectar hasta la renuncia total por el compromiso con el estudio.

Pablo Bru reconoce que tomará unos días sueltos “para estar con familia y amigos. Creo que es bueno gestionar bien el tiempo disponible y una parte de los días de vacaciones son necesarios mentalmente para afrontar el estudio con más positividad”. Sergio Rodríguez, sin embargo, no contempla vacaciones formales: “No tengo previsto coger vacaciones como tal, sigo estudiando a diario.” Eso sí, valora los “pequeños espacios de descanso” como madrugar para ir a la playa o quedar con amigos y mantiene que el descanso, “bien gestionado, forma parte del estudio”. ¿Las tentaciones?, los “compromisos familiares y de amistad, los festivales de música y los eventos culturales en verano, noches en terrazas y cines” como las tentaciones más frecuentes. También menciona “sobremesas en las cenas que se alargan más de lo debido”

Loles Cebrián es rotunda explicando el sacrificio que va a hacer: “Tengo a mi hija en Estados Unidos y me hubiera gustado ir a verla pero no ha podido ser, porque tengo clases de las oposiciones y tengo que estudiar.”

Alba concluye con una reflexión práctica: “Intento que no lleguen a convertirse en un problema esas tentaciones. Para mí la clave está en organizarse. Si ya tengo en la agenda las vacaciones, bodas o escapadas, pasan a ser descanso planificado.” Además, admite que la estrategia de 24/7 estudiando “no me funciona. Un descanso bien colocado vale más que muchísimas horas de estudio con la cabeza embotada.”

Motivación: la luz que guía en la larga travesía del verano

Mantener la motivación durante el verano, cuando queda aún mucho camino, es quizá uno de los mayores retos para estos opositores.

Sergio Rodríguez tiene clara su inspiración: “Lo que más me ayuda es recordar el motivo por el que decidí opositar… Tuve la oportunidad de organizar un evento con el Ministerio de Agricultura y la Embajada de EE. UU. La forma en que me trataron y el respeto con que valoraron mi trabajo me marcó profundamente. Eso me hizo sentir que podía aportar algo real al sector desde dentro. Lo que más motiva es eso, la posibilidad de contribuir a mejorar mi país.”

Alba valora la red de apoyo entre compañeros: “Contar con compañeros que están viviendo el mismo proceso me ha ayudado mucho. En momentos de bloqueo, compartir con ellos hace el mal trago más llevadero.” Además, habla de la motivación intrínseca que le da el aprendizaje y la construcción de carácter: “Ver que has llegado hasta aquí te anima a seguir.”

Aprendizajes más allá del temario: lo que la oposición revela de uno mismo

La preparación de unas oposiciones es un viaje de autodescubrimiento y desarrollo personal. Pablo ha aprendido a “relativizar el proceso porque a veces no depende solo de ti.” Confiesa que le gusta “aprender cosas nuevas que el temario ofrece y no pensaba que esto sería así.”

Sergio destaca su capacidad “para organizarme, la importancia de la constancia frente a los impulsos, y cómo mantener la mente enfocada en un objetivo a largo plazo”. También se ha vuelto más consciente de sus fortalezas y debilidades.

Loles se siente “más constante. Al principio me ha costado mucho ponerme todos los días, porque llegas de trabajar.” Pero también reconoce que “no es lo mismo que cuando tenías 20 años… Hay momentos de bajón.” Lo que valora es tener “a una persona que también esté preparando, porque comentas y es un poco de terapia, sientes que estás acompañado.”

Alba, en la soledad del estudio, ha descubierto “cómo hacerte preguntas incómodas, aprender a convivir con las dudas y no dejar que te paralicen”. También valora “entrenar la autodisciplina: levantarte y cumplir con la planificación aunque no tengas el mejor día.” Este proceso va “construyendo carácter y resiliencia.”