«El biocontrol es el futuro de la agricultura»
Silvia Aucejo, representante de IBMA España, defiende con claridad el papel imprescindible que el biocontrol desempeña en el futuro de la agricultura. Desde una perspectiva técnica pero cercana, explica cómo funciona esta asociación que reúne a 26 empresas especializadas en microorganismos, macroorganismos, extractos naturales y semioquímicos, y que trabaja para acelerar la llegada de soluciones sostenibles al campo. Subraya que la demanda social de alimentos más saludables, el avance del cambio climático y las restricciones crecientes sobre productos químicos están impulsando un cambio profundo en el sector. En este contexto, el biocontrol no solo es eficaz, sino que abre nuevas oportunidades profesionales. Por eso, asegura, formar especialistas en estas tecnologías, tal como hace el COIAL a través de la 5ª edición del Programa Experto en Bioestimulantes y Biocontrol, es clave para afrontar los retos que vienen.
¿Qué es IBMA España y cuál es su papel dentro del sector del biocontrol?
IBMA España es una asociación de ámbito estatal integrada en IBMA Global, la organización internacional que agrupa a las empresas de biocontrol en todo el mundo. Nuestro objetivo es representar y defender los intereses de las compañías del sector, especialmente las dedicadas al biocontrol y a la biotecnología aplicada a la agricultura. Trabajamos para promover el uso de soluciones de bioprotección y técnicas de control integrado de plagas, fomentando un manejo más respetuoso con los seres vivos y con los recursos naturales. Actualmente somos 26 socios en España, organizados en cuatro ámbitos tecnológicos distintos.
La demanda de soluciones sostenibles está impulsando un cambio profundo en el sector
¿Cómo se estructuran esos cuatro ámbitos?
En biocontrol distinguimos cuatro grandes áreas: empresas que producen microorganismos, empresas que producen macroorganismos, empresas dedicadas a sustancias naturales y compañías especializadas en semioquímicos. A nivel interno, además del equipo directivo, contamos con responsables de cada uno de estos grupos que participan también en las reuniones de IBMA Global. Su función es trasladar información, coordinar acciones y mantener alineadas las prioridades del sector a escala nacional e internacional.
¿Qué son exactamente los macroorganismos?
Son los insectos útiles (pero se incluyen también los ácaros y nematodos entomopatógenos) que todos tenemos en mente cuando pensamos en control biológico: enemigos naturales que combaten plagas. Las empresas que trabajan con ellos cuentan con producción en masa (biofábricas) y sistemas de envasado diseñados para garantizar su supervivencia hasta su liberación en campo. Muchos actúan parasitando las plagas: depositan sus huevos en el interior del insecto perjudicial, se desarrollan dentro de él y provocan su muerte. Otros, directamente, los depredan.
La sociedad demanda alimentos más saludables y libres de residuos
¿Y los sustancias naturales?
Aquí encontramos una gran variedad de sustancias: desde extractos de plantas o microorganismos hasta minerales o moléculas como proteínas.
¿Qué papel desempeñan los semioquímicos?
Son moléculas que imitan señales químicas utilizadas por los insectos, especialmente las feromonas sexuales emitidas por las hembras. En laboratorio sintetizamos versiones idénticas de estas sustancias y las incorporamos a formulaciones que, una vez aplicadas en campo, emiten grandes cantidades de feromona. Esto provoca la llamada confusión sexual: los machos no pueden localizar a las hembras, no se reproducen y las poblaciones de plaga disminuyen hasta niveles no dañinos, sin necesidad de matarlas directamente.
¿Y los microorganismos?
Son bacterias, hongos, y virus que en la naturaleza actúan controlando plagas y enfermedades de especies vegetales, y que se usan en agricultura. Un ejemplo muy conocido es Bacillus thuringiensis. Actúan interfiriendo en procesos metabólicos esenciales de los insectos, que dejan de poder alimentarse o digerir correctamente y acaban muriendo, y también parasitando al hospedador. Son productos muy utilizados y con un amplio historial de eficacia.
Tenemos evidencia de que el biocontrol funciona; es completamente eficaz
¿Qué ventajas ofrecen estas tecnologías frente a los productos de síntesis química?
En general, no incorporan sustancias que no estén ya presentes en la naturaleza y generan residuo cero en los alimentos. Aunque algunos compuestos son moléculas químicamente sintetizadas, se trata de réplicas de moléculas naturales, por lo que su impacto ambiental es mínimo. Desde IBMA trabajamos para que estas tecnologías tengan una salida real en campo y, sobre todo, para acelerar sus procesos de registro. Todos estos productos deben superar evaluaciones complejas antes de poder comercializarse, y actualmente los plazos son demasiado largos. Nuestra labor consiste en proponer soluciones a la administración para agilizar estos procesos sin comprometer la seguridad.
Las empresas de IBMA buscan activamente talento especializado. El COIAL tiene vocación de aflorar ese talento a través del Programa Experto en Bioestimulantes y Biocontrol del COIAL, que va ya por su quinta edición. ¿Crees que se pueden crear sinergias?
Absolutamente. Siempre estamos buscando talento y este programa ofrece una formación completísima. Quienes lo cursen tendrán una carta de presentación excelente para entrar en empresas de insumos agrícolas, como empresas de fertilizantes, de bioestimulantes, de biocontrol, o de protección vegetal. No hay muchos profesionales especializados en estas tecnologías, y eso convierte esta formación en una oportunidad extraordinaria. El biocontrol es el futuro de la agricultura, y las empresas necesitan perfiles capaces de liderar ese cambio.
No queremos que el biocontrol sea una tirita, sino una solución para un modelo agrícola más sostenible
¿Qué oportunidades ofrece el sector a los profesionales que se formen en este programa?
Hay una demanda muy alta de profesionales especializados y el futuro de la agricultura pasa por el biocontrol. La sociedad exige alimentos más saludables y con menos residuos; los supermercados van en la misma línea, y los retos derivados del cambio climático refuerzan esta necesidad. Las empresas del sector estamos muy especializadas y contamos con equipos con mucha formación y experiencia. Por eso podemos aportar un conocimiento muy valioso a los alumnos. Formarse en estas tecnologías les abre muchísimas puertas en un ámbito que está creciendo de manera muy rápida. Además, el uso en el campo de estas tecnologías necesita de un conocimiento específico, por lo que es también muy útil para técnicos de campo que vayan a utilizar estas herramientas en sus explotaciones.
¿En qué consiste el proyecto BIOSOLUDOE?
IBMA forma parte del proyecto BIOSOLUDOE, un programa financiado con fondos FEDER en el que colaboramos con nueve socios de Francia, España y Portugal. Evaluamos biosoluciones en distintos patosistemas, es decir, combinaciones específicas de plagas y cultivos, tanto en laboratorio (living labs) como en otros entornos de evaluación. Con estos resultados se elaborará una hoja de ruta común para impulsar el biocontrol. Si validamos, por ejemplo, que un producto o combinación de productos funciona bien para una determinada plaga, pediremos a la administración que lo promueva y facilite su incorporación al manejo agrícola. Además, se realizarán tareas de difusión para que los agricultores conozcan los resultados de estos estudios. Vamos a demostrar el funcionamiento de las biosoluciones y darlo a conocer para facilitar su incorporación al manejo agrícola.
La legislación europea avanza hacia un uso cada vez más restrictivo de los formulados químicos tradicionales. ¿Hay suficiente biocontrol disponible para sustituirlos?
La administración está prohibiendo muchas sustancias convencionales, pero la aprobación de productos de biocontrol avanza más despacio de lo necesario para cubrir los huecos que quedan. Además, no queremos que el biocontrol se perciba como una simple tirita para reemplazar lo que desaparece, sino como una herramienta esencial para avanzar hacia una agricultura más sostenible..
Las empresas necesitan profesionales formados en estas tecnologías; las oportunidades son enormes
Si se agilizaran los registros, ¿el biocontrol podría igualar la eficacia del control químico?
Sí, el biocontrol es eficaz. Eso debe quedar muy claro. Puede y debe integrarse dentro de un sistema de control integrado de plagas, que combina soluciones diversas —biológicas, culturales y, si es necesario, químicas— para lograr un manejo equilibrado. No es realista pensar en una eliminación total de los productos químicos, ni es el objetivo. Existen tecnologías muy novedosas, como péptidos o ARN de interferencia, que están en fases iniciales de desarrollo. La sustitución total hoy todavía no es viable, pero una combinación adecuada de herramientas sí permite una gestión muy eficaz.
Programa experto profesional en bioestimulantes y biocontrol