23/09/2016

Entrevistamos a nuestros compañeros vitivinicultores

Con algunos días de retraso se ha presentado la vendimia en aquellas zonas donde nuestros compañeros gestionan viñedos. Todos los consultados coinciden en destacar una campaña marcada por la fuerte sequía, que ha traído como consecuencia la maduración tardía o la concentración de la uva, pero también señalan la buena condición sanitaria de la fruta y el protagonismo que en muchas zonas han tomado las variedades locales y los vinos de autor. En cualquier caso los resultados serán buenos vinos. Cada bodega ha aportado su particular experiencia.

Ana Calvet (Cooperativa Baronía de Turís)

Nuestra compañera, gerente de Baronía de Turís, sostiene que este año la vendimia les ha llegado con un retraso de entre 5 o 6 días respecto a la media de otros años. Este comportamiento lo atribuye a la sequía, que “seguramente ha hecho que la maduración sea más lenta”.

Sobre el desarrollo de la vendimia se extiende, y comenta: “las lluvias durante el periodo vegetativo en el mes de mayo, así como la muestra que mostraban las cepas en la brotación -recordad que 2015 fue un año lluvioso que hizo que las cepas afrontaran la brotación con muchas reservas, floreciendo las plantas con bastante fuerza- y las buenas condiciones climáticas en el momento del cuajado, predecían una cosecha cuantiosa.

Sin embargo, agrega, a finales de julio, “la falta de lluvia desde mayo nos hizo pensar que la cosecha no sería tan buena como pensábamos”. Pero como suele pasar con las cosas de la naturaleza, la tendencia cambió. “La lluvia de principios de agosto y la adaptabilidad de la viña a las condiciones de fuerte sequía, han permitido una buena recuperación de las plantas y en estos momentos podemos decir que salvo en algunas parcelas de suelos más pobres y arcillosos, la actividad de la planta se ha normalizado, y prevemos una cosecha normal y superior a las dos últimas campañas”.

Es así como en las viñas de la Cooperativa estiman una cosecha entre un 20 y un 25% mayor a la del año pasado, sobre todo en la variedad malvasía y en las variedades tintas. De la variedad moscatel prevén una cosecha similar a la del año pasado.

Pablo Calatayud (Celler del Roure)

Calatayud reconoce que la sequía ha mermado la cosecha, sin embargo siente cierto alivio porque este año “no hemos sufrido como otros con las tormentas y los temporales de lluvia” y agrega que el estado sanitario es bueno. Consultado sobre cómo cree que saldrán los vinos a partir de esta realidad, responde que “con estas bajas producciones y estas bayas tan pequeñas, tendremos vinos más concentrados”. Esto último, sin embargo, no es una características ideal para nuestro compañero, quién considera que “el mercado apreciaba mucho este perfil de vinos hace algunos años” pero que, en estos momentos, “somos más los productores y los consumidores que preferimos vinos más fluidos y frescos”.

En Celler del Roure trabajan mayoritariamente con variedades tradicionales que en general resisten bien la sequía, aunque reconoce que en suelos arenosos y pedregosos, incluso las variedades autóctonas están sufriendo. Calatayud ofrece otro dato interesante: “este año se nota mucho que las viñas viejas con raices profundas resisten mejor que las jóvenes estas condiciones tan adversas”.

Pablo Cortés (Cooperativa de Moixent)

“Por esta zona habrá una reducción de la cosecha debido a la sequía”, es lo primero que comenta Cortés cuando le pedimos una valoración sobre la campaña de este año. Las condiciones meteorológicas marcadas por el calor y la falta de agua han condicionado la fruta y ha dado como resultado una maduración irregular. Sin embargo, la uva está muy sana y presenta mucha calidad, cuestiones que, unidas a la concentración de la uva ante la poca cosecha, asegurará, en palabras de Cortés, “buenos vinos”.

Juan Llobell (Fil·loxera)

Llobell produce vinos bajo la denominación D.O Valencia. Explica que este año la uva no ha sido “espectacular” en tamaño, debido al calor. Como consecuencia, la cosecha de este año se caracteriza por estar muy concentrada, una característica “típica de un año muy seco”. Debido a las condiciones se sequía, Llobell precisa que se va a notar mucho la gestión del campo. De esta manera, bodegas como la suya en las que se trabaja poco el suelo porque siguen procedimientos de cultivo ecológico sin estar certificados (“por convencimiento”) tendrán este año granos más pequeños y racimos sueltos, pero muy potente y sana, aspectos que garantiza un buen producto, sin los desequilibrios que, dice, se producen cuando se interviene tanto en el suelo.

José Luis Salon (Bodegas Pasiego)

Para nuestro compañero José Luis Salon la vendimia llegó también con algo de retraso. Sus viñas se encuentran a 900 metros de altitud y produce bajo la D.O Utiel Requena. Reconoce que ha sido un año bastante seco en los que, por ejemplo, apenas cayeron 45 l/m en la última tormenta registrada a principios de mes, pero que, cuenta, “vinieron muy bien”. De la uva destaca su buen estado sanitario, un aspecto al que le da máxima importancia y la intensidad aromática de las variedades locales, que darán carácter a los vinos del próximo año, ya que recuerda, la tendencia actual va en la dirección de diferenciar los vinos y, en su caso lo consigue con la utilización de la variedad local Bobal. “La verdad es que estamos consiguiendo cosas sensacionales”, sostiene.

José Maria Furió (Cooperativa Montserrat)

Furió gestiona una zona en la que predomina la variedad autóctona moscatel de Alejandría. Una variedad moscatel de grano gordo, muy aromática que mezclada con otras variedades puede ayudar a conseguir excelentes resultados “porque tiene un potencial aromático muy grande”. Se trata de una variedad diferente a la de otras regiones, con la que se producen principalmente mistelas y vinos secos de moscatel. Nos cuenta que la cosecha de este año se caracteriza por contar con un estado sanitario bueno, que no ha llovido mucho y que por ello la producción será verá un 10% mermada.