La cantera del COIAL se reivindica en la cena de San Isidro de Valencia
Aunque parezca un detalle sin importancia, no lo fue. Serían las once y media, o la medianoche; la hora es lo de menos. Lo destacable es que, en un momento dado, en mitad de la fiesta, apareció una conga que avanzaba a ritmo de discomóvil. Ni los más viejos del lugar recordaban una conga en una cena de San Isidro. Pero tampoco la aparición de una conga sería algo para destacar si no nos hubiera llamado poderosamente la atención su composición: colegiados veteranos y colegiados jóvenes se unieron de manera espontánea, y sin buscarlo, se convirtieron en icono de la cena. En el símbolo de la simbiosis entre los noveles y los veteranos. Entre el presente y el futuro de la profesión.
Porque la noticia más destacable es esa: el soplo de aire fresco que representa la entrada de nuevos colegiados se está convirtiendo en un huracán. El colegio siempre ha tenido nuevos colegiados; pero nunca antes a este ritmo.
El grupo de jóvenes era realmente numeroso
Esta circunstancia era algo muy patente en la cena. El grupo de jóvenes era realmente numeroso, y además se hacía notar. Gente desinhibida, con ganas de pasarlo bien, con ilusión, orgullosos de la profesión que han elegido. Con ganas de relacionarse con otros colegiados con más experiencia. Con toda una carrera que desarrollar. Con casi todo por hacer después de haberse dejado la piel en conseguir un título que les va a permitir acceder al mercado laboral para hacer lo que más les gusta.
Esta circunstancia, sin embargo, no es casual. En el COIAL tenemos muy claro que las nuevas altas son el seguro de vida de la institución, su pasaporte al futuro. Pero eso no es privativo del COIAL, lo saben en cualquier colegio. La diferencia la marca la forma de enfocar la relación. Pero volvamos a nuestro festejo patronal.
Reencuentros y buen ambiente
Sabemos que la cena de San Isidro siempre es garantía de éxito. Año tras años nos enorgullece propiciar encuentros entre viejos amigos, conocidos, compañeros de la escuela o de antiguos proyectos. Es una de las prioridades del COIAL: alimentar lo que ya hace años que llamamos networking. El contacto directo, piel con piel, casi en contra del signo de los tiempos, que han esparcido entre nosotros pantallas que, por muy útiles que sean, no dejan de ser un sucedáneo de la comunicación personal.
En la cena de San Isidro se habla, se abraza, se ríe, se baila, se come, se bebe, se festeja, se recuerda, se proyecta, se celebra la vida, porque ante todo somos personas, y también se celebra la profesión, que es nuestra pasión. Este año, nos hemos juntado casi 400 personas, una cifra muy llamativa y superior a lo que venía siendo habitual.
Nuestro decano reivindica el compromiso de los ingenieros agrónomos tras la DANA
Tras la cena, nuestro decano, Ximo Aguilella, pronunció un emotivo discurso marcado por el recuerdo a las víctimas de la DANA de octubre y por el reconocimiento a la labor de los profesionales del sector en las tareas de recuperación.
Aguilella expresó su pesar por la pérdida de vidas humanas y trasladó la solidaridad del colegio con todos los afectados. Destacó el trabajo colectivo realizado en los meses posteriores al desastre: casi 4.000 agricultores con parcelas afectadas han sido atendidos por peritos del COIAL, y muchos otros ingenieros agrónomos han contribuido a restablecer infraestructuras, gestionar ayudas o impulsar obras desde empresas públicas y privadas, así como desde las administraciones.
“Es en estas circunstancias cuando una profesión muestra lo que es”, afirmó el decano, que subrayó el lema elegido para este año —Identidad, Territorio y Compromiso—, ya que representa fielmente la esencia de los ingenieros agrónomos.
En su intervención, Aguilella recordó también que 2025 marca el 75 aniversario del Consejo General de Colegios de Ingenieros Agrónomos, una fecha que simboliza la evolución de la profesión desde sus orígenes ligados al funcionariado hasta su actual protagonismo en el sector privado. Por el camino hemos liderado procesos de transformación agroambiental, integración de biosistemas y desarrollo territorial.
Cerró su intervención brindando por San Isidro, por los ingenieros agrónomos y por un futuro que, aseguró, “nos pertenece porque sabemos hacer las cosas bien”.
Queremos hacer la familia más grande
En el COIAL nos gusta crecer al ritmo que lo estamos haciendo. Pero siempre queremos más, y no queremos desaprovechar ninguna oportunidad para hacerlo. Así que os contamos algo que nos gustaría conseguir: observamos año tras año que hay un número significativo de compañeros que acude a la cena como acompañante de un colegiado. El protocolo así lo permite, y no hay ningún problema en que así sea.
Pero queremos haceros una confesión: nos encantaría que os colegiaseis. Exactamente por el mismo motivo por el que nos encanta que lo hagan los jóvenes: conseguir un colegio más grande, más fuerte y más representativo. Estamos seguros de que vais a encontrar una utilidad, un servicio que os ayude, una información que os interese, una formación que os permita crecer profesionalmente o una oportunidad en la bolsa de trabajo. EL COIAL ya existe gracias al apoyo de más de 1.600 colegiados, y hace muchas cosas interesantes. ¿Imaginas todo lo que podríamos hacer si también contáramos con vuestro apoyo?
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