Partners16/01/2020

Los plásticos en la agricultura

Se puede afirmar que “los plásticos están de moda”. A priori la frase invita a pensar que es algo positivo, cuando la realidad es todo lo contrario. Basta con escuchar o leer las tantas noticias que nos llegan en cascada para ver que asociado a él, estamos ante un gran problema medioambiental a nivel mundial y hay que darle una respuesta y urgente.

Además y en este contexto, el sector agrícola se encuentra en el punto de mira, al que se le ve como uno de los sectores que más los utiliza y no falta razón porque se encuentra entre los 10 primeros en su uso global. Por poner un ejemplo ¿Alguien se imagina a Almería a día de hoy sin la existencia de los plásticos?

El plástico de uso agrícola está en todas las áreas y su uso global responde a la necesidad de lograr incrementos tanto de calidad como de cantidad en la producción de frutas y hortalizas (además del ornamental, áreas verdes y deportivas, etc.), sin olvidar que también interviene cuando se trata de favorecer la disminución y eficiencia en el consumo de agua. Pongamos ejemplos como acolchados, tunelillos, coberturas de túneles e invernaderos, pantallas y mallas térmicas,… para el control climático en cultivos; canalizaciones de agua generales, tuberías de riego, microtubos, goteros, aspersores, mangueras, bolsas de contención de sustratos, recubrimientos de embalses… para el riego, fertirrigación y cultivo sin suelo, sin olvidar tanques y piezas de los cabezales de riego; bandejas y fundas para las mismas en producción de semilleros, macetas, contenedores y jardineras,…; y por supuesto box, cajones, cajas y bandejas en el segmento de la postcosecha hasta llegar al retractilado, blísteres, bolsas y demás elementos para mostrar los productos ante el consumidor final. Claro que también hay que llevar la fruta y hortaliza a casa y aquí también está presente en mayor o menor medida el plástico. Da igual cuando leas esto: El problema, como siempre, es la mala educación (de hábitos) y el uso irresponsable.

En próximos artículos podremos entrar en profundidad en muchas de estas materias, pero dada la complejidad del tema, el motivo de este es reivindicar el compromiso de los profesionales del sector agrícola en el correcto uso del plástico. Es más, debemos ser conscientes de que si a día de hoy hubiese una alternativa razonable a plástico, este ya no estaría en el mercado.

Los plásticos son materiales sintéticos generalmente compuestos por moléculas orgánicas con un elevado peso molecular, conocidas como monómeros. Estas reaccionan entre sí mediante un proceso llamado polimeración, dando lugar a polímeros: los llamados plásticos. Estos polímeros según su comportamiento se pueden agrupar en dos bloques: Termosets (los que solo se pueden someter a una sola transformación) y Termoplásticos (que pueden ser sometidos a varios ciclos térmicos), al cual pertenece la mayoría de plásticos agrícolas.

Así podemos plantearnos que hablar de plástico agrícola es hablar de un genérico. En agricultura se utilizan materiales plásticos como poliolefinas como el polietileno (PE), el polipropileno (PP), el copolímero etilenvinilacetato (EVA), el policloruro de vinilo (PVC), el policarbonato (PC) y polimetilmetacrilato (PMMA), etc. Y en su conjunto proporcionan soluciones sostenibles e innovadoras.

La sensibilidad del sector agrícola ante el plástico es total. Por una parte están los productores en cuyas explotaciones los utilizan de la forma más eficiente posible y en cada compra como insumo, están sometidos a presupuesto previo en el que como en toda buena gestión se evita el gasto no justificado. Por otra, los fabricantes de estos insumos se encuentran en una carrera sin pausa en la mejora de los productos con componentes plásticos para dar una respuesta más eficaz a las nuevas necesidades del agricultor. Estas empresas innovan constantemente gracias a sus equipos multidisciplinares (químicos, ingenieros agrónomos, biólogos, etc.) trabajando en un único sentido.

La sensibilidad es tal que en el capítulo vinculado a su reciclado aparecen iniciativas como la creación de AEVAE (Asociación Española para la Valorización de Envases), un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) para fabricantes, envasadores y distribuidores de productos de uso agrícola profesional, que les garantiza la recogida y la trazabilidad para la correcta valorización de los residuos de envases agrarios. La mayor parte de los socios fundadores de AEVAE son un grupo de empresas pertenecientes a la Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes (AEFA).

Actualmente ya son 49 asociados y con su participación en AEVAE les otorga un valor añadido hacia sus “clientes-socios agricultores”. Destacar que actualmente no existe una normativa vigente que obligue a los fabricantes de fertilizantes, agronutrientes y bioestimulantes agrícolas a estar adheridos a un SCRAP y por lo tanto los que sí lo están es de forma voluntaria, con el consecuente coste que ello les supone. Este hecho es una muestra inequívoca de compromiso en fomentar la protección del medio ambiente y la transición a un modelo de economía circular.