Tú también puedes hacerlo en 2026: hablan los nuevos Ingenieros Agrónomos del Estado preparados por el COIAL

Llegar a la meta tras un largo periodo de sacrifico para poder decir “Ya soy Ingeniero Agrónomo del Estado” genera un sentimiento de plena satisfacción. Pero también nos pide una reflexión, una mirada hacia atrás para entender las claves del éxito. Lo hacemos con alumnos del Segundo Programa de Preparación de Oposiciones al Cuerpo de ingenieros del Estado que acaban de conseguir su plaza. Y para recordaros que ya estamos preparando la tercera. ¿Te atreves a seguir sus pasos?

La mayoría coincide en que el primer sentimiento, cuando llega la noticia del aprobado, es una mezcla de alivio, orgullo y agotamiento. “Muy contenta, sobre todo de haber acabado ya, de descansar y de dejar descansar también a la familia”, resume Alba Gutiérrez, una de las nuevas ingenieras agrónomas del Estado formadas en el COIAL.. No es la única que lo dice: todos hablan de un proceso largo, intenso y exigente, pero también de un camino que merece la pena y que, sobre todo, es posible. Un camino que no recorrieron solos.

“La clave es no parar”

La constancia es la palabra que más se repite. “La clave es no parar”, cuenta Sergio Rodríguez, que aprobó tras meses de estudio diario. “Hay días que estudias más y otros menos, pero todos los días se estudia”. Para una de las aprobadas, que prefiere mantener el anonimato, el éxito llegó gracias a un equilibrio tan duro como necesario: trabajar, asistir al curso y sacar horas “aunque estuviera cansada”. En su caso, llegó a dedicar siete u ocho horas diarias durante la recta final porque, como ella misma explica, “el temario es muy extenso y hay que meterle mucho esfuerzo”. Otro de los alumnos lo vivió de forma parecida: compaginó trabajo y estudio durante meses, reorganizó horarios, renunció a tiempo libre y se aferró a una motivación muy personal. “Para mí era muy importante porque el tiempo corría en mi contra, porque ya tengo 53 años”, confiesa. Pero todos coinciden en algo esencial: si mantienes el ritmo, el cuerpo y la cabeza responden.

El apoyo emocional, fundamental

Ese esfuerzo individual no se entiende sin el apoyo emocional. Alba lo explica sin rodeos: “Tu red de apoyo tiene que estar ahí. Tiene que ser consciente del esfuerzo que estás haciendo y aceptar los sacrificios”. En su caso, la familia fue un pilar irrenunciable; en el de otro de los aprobados, lo fue también una persona muy concreta: “Para mí fue clave tener a alguien que me escuchara durante un proceso tan largo. En mi caso, mi madre, que ha sido funcionaria toda la vida”. Lo que todos comparten es la importancia de sentir que alguien sostiene, impulsa y acompaña cuando el cansancio pesa más que el temario.

A ese apoyo familiar se sumó algo que casi ninguno esperaba al empezar: la fuerza del grupo. Las horas de estudio se hacen más llevaderas cuando sabes que alguien al otro lado del móvil está viviendo lo mismo que tú. “Tener compañeros que están pasando por lo mismo te ayuda muchísimo”, explica Alba. Ella formó parte del pequeño grupo de WhatsApp que compartió dudas, noticias, ánimos y pronósticos de cara al cuarto ejercicio. Sergio lo recuerda igual: “Al final nos hemos hecho muy colegas los cinco que superamos el tercer examen. Hemos hablado durante todo el proceso”. Y no solo para apoyarse: también para sobrellevar juntos los golpes. Cuando una compañera se quedó fuera en el último examen, “fue un bajón enorme”, confiesa Alba. “Podríamos haber sido cualquiera”. La oposición es también eso: comunidad, empatía y aprendizaje compartido.

La importancia del programa y del método

Además del apoyo emocional, todos destacan el método. El curso del COIAL marcó un antes y un después en su forma de estudiar. La alumna anónima lo resume así: “El curso te da un ahorro de tiempo brutal”. El temario, actualizado y elaborado por especialistas, les permitió avanzar sin tener que reconstruir la oposición de cero. “A nivel de contenido me ha parecido de muy buena calidad; se nota que cada tema lo ha hecho un profesional especializado”, añade Alba. Para Sergio, los cantes semanales fueron decisivos: “Nos obligaban a cantar todas las semanas y eso marcó la diferencia. Ver a los profesores hacer cantes de 15 minutos nos ayudó muchísimo; podíamos tomar ejemplo”. Y en la fase final, cada uno aportó lo mejor de su experiencia profesional para preparar el cuarto ejercicio. “Era increíble cómo sumábamos entre todos”, recuerda.

Las herramientas también pesan. Sergio creó más de quinientas tarjetas ANKI para memorizar datos, fechas y epígrafes: “La última semana solo llevaba 60 o 70, los que no me sabía. El resto ya estaban completamente aprendidos”. El alumno de 53 años, por su parte, se organizó para estudiar incluso los días que terminaba agotado del trabajo: “No es lo mismo sacar dos horas al día cansado que tener ocho o diez horas cada día, pero hacía lo que podía”. Y aun así, nunca dejó de avanzar. Queda claro: no existe una única manera de preparar esta oposición. Lo importante es comprometerse y sostener el esfuerzo en el tiempo.

“En ningún otro programa tienen la formación que tenemos nosotros”

Lo que cuentan estos opositores encuentra eco en la directora del programa. “El curso está bien planteado”, explica Ana Moya, “porque contamos con muchos profesores diferentes, expertos en materias distintas, y cada uno imparte la parte del temario en la que es realmente especialista”. Para ella, el gran valor del programa está en su amplitud y en la proximidad con la realidad profesional: “En ningún otro programa tienen la formación que tenemos nosotros, ni toda la experiencia acumulada de todos los profesores”. Y destaca algo que los opositores corroboran de forma espontánea: el acompañamiento. “Los alumnos tienen todas las dudas resueltas por funcionarios del propio cuerpo”, señala. Sobre el miedo a presentarse por primera vez, es clara: “Aunque sea la primera vez, si se ponen a trabajar muy en serio pueden llegar a aprobar. Es un proceso largo, pero con motivación y con el acompañamiento del COIAL es un camino posible”.

46 plazas de turno libre para 2026

La nueva convocatoria del Cuerpo de Ingenieros Agrónomos del Estado ofrece una oportunidad única. La Oferta de Empleo Público 2026 incorpora un total de 46 nuevas plazas de turno libre y consolida una tendencia al alza para la profesión, lo que está reforzando el papel de los ingenieros agrónomos en la Administración General del Estado. En los últimos años no han llegado a cubrirse todas las plazas, así que el planteamiento es claro: no se compite contra el resto de opositores, sino contra uno mismo. Es decir, que si apruebas la oposición, la plaza está garantizada.

Es un momento especialmente propicio para quienes quieran orientar su carrera hacia funciones de impacto: políticas agroalimentarias, sostenibilidad, desarrollo rural, cooperación internacional o gestión de programas europeos. Un horizonte profesional estable, vocacional y con un recorrido largo. Y si algo demuestra la experiencia de quienes ya han conseguido su plaza es que, con esfuerzo, método y acompañamiento, tú también puedes hacerlo.

Si tienes dudas o quieres saber más sobre el programa de preparación, contáctanos en: oposiciones@coial.org

Para quienes estén planteándose dar el paso, el COIAL celebrará una reunión informativa el 17 de diciembre a las 19:00 horas (online).

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