Partners28/01/2022

“Estamos convencidos de que en un periodo muy corto de tiempo, el boom de los bioestimulantes va a ser enorme a nivel global”

Grupo Iñesta cumple 40 años en un momento en el que los bioestimulantes están llamados a cambiar la estructura tradicional de la agricultura. En esas cuatro décadas, esta empresa ha pasado de criar lombrices para producir humus a tener presencia en los mercados de Europa y América. La innovación, la calidad, el compromiso,  el respeto al medio ambiente y un equipo humano preparado son las claves de la supervivencia de una empresa que mira al futuro con optimismo. Su Dircom, Alfredo Iñesta, nos acompaña en un recorrido por la historia y las expectativas de esta empresa familiar.

¿Qué le viene a la cabeza cuando ve el logo de la empresa que fue matriz del grupo, Lombrico, cuya protagonista era precisamente una lombriz?

Muchos recuerdos, a mi particularmente me evoca a mi infancia. Antes de que mi padre fundara la empresa que hoy conocemos como Grupo Iñesta, él se dedicaba al negocio de mármol y muebles. Por lo tanto, fue una completa locura que cambiara de sector de forma tan radical. Toda esta aventura comenzó cuando fue de viaje de negocios a Italia y allí vio que se ofertaba un camión de lombrices, las cuales producían humus, que al parecer era un abono orgánico excelente, y decidió importar a España no solo el camión, sino la idea de negocio. Nada más llegar fundó la empresa y marca comercial Lombrico (lombriz en italiano).

Un año emblemático para España, 1992, también lo fue en la historia de la empresa, con un nuevo cambio de nombre y la inauguración de una nueva planta. ¿Fue el primer gran salto hacia delante?

Sin duda. Cuando mi padre empezó no tenía recursos de ningún tipo. De hecho, comenzó en el garaje de su propia casa, como tantos otros emprendedores. El hecho de comprar una fábrica propia con todas las posibilidades que ello implica supuso un punto de inflexión enorme. Tanto fue así que fundó la empresa llamada Alfredo Iñesta S.L. no solo para comercializar humus de lombriz, sino para fabricar aminoácidos y fertilizantes especiales, todo ello, sumado al apoyo del CEEI supuso una nueva época.

Ocho años después comienza la fase de expansión internacional. ¿Por qué se tomó aquella decisión?

En un principio nos dedicamos única y exclusivamente a España. Pero, ¿qué pasó? La cantidad de recursos que había que destinar a la venta en España eran grandísimos: comerciales, vehículos, marketing, dietas, viajes… Además de los problemas clásicos de un sector en expansión, ya que empezaron a fundarse muchas marcas y empresas, incluidas las multinacionales con sus divisiones dedicadas al agro. A consecuencia de todo ello, cada vez se gastaba más para ganar menos. Por lo tanto, nos dimos cuenta de que invirtiendo menos recursos podíamos expandirnos rápidamente en otros países mucho menos atomizados. Aprovechamos la oportunidad y no nos equivocamos.

Hoy es habitual hablar del sector de los bioestimulantes, pero hace quince años, cuando empezasteis a desarrollar esta innovación, sonaría extraño.

Y sigue sonando extraño en varios países. Tanto nosotros como otras empresas del sector fuimos muy precoces en esta tecnología, e intentamos implantarla en una agricultura que aún no estaba preparada para un cambio así, por lo que ha sido un camino difícil. Los productos bioestimulantes o bioactivadores están empezando su verdadero recorrido ahora, no hace 15 años. Y estamos convencidos de que en un periodo muy corto de tiempo el boom de los bioestimulantes va a ser enorme a nivel global, y en Grupo Iñesta ya jugaremos con mucha ventaja al ser de los pioneros.

Habéis recibido numerosos premios durante vuestra trayectoria. ¿Subrayarías alguno por su importancia o por el momento en el que llegó? ¿Para qué crees que sirven los premios?

Los premios son un reconocimiento al trabajo bien hecho. A todo el mundo le gusta que le digan que están haciendo bien las cosas. Pero lo importante no son los premios, lo importante es el trabajo del día a día. Para nosotros el mayor premio es que la empresa crezca cada día. Conseguir nuevos mercados, lanzar nuevos productos, investigar otras líneas de negocio, innovar en el sector… Tal y como he dicho, el gran premio de Grupo Iñesta es el legado que está creando.

En un mundo tan cambiante como el actual, ¿cómo se puede seguir siendo competitivo en vuestro sector?

Fácil no es, eso seguro, pero nos encantan los retos. Además, vemos a corto plazo oportunidades muy buenas que están por presentarse. Estamos preparados para satisfacer las oportunidades que el sector nos va a ofrecer, como aprovechar el hueco que van a dejar ciertos productos no acordes a la sostenibilidad que el mundo demanda hoy en día y que nosotros sí podemos ofrecer.

La profesión de ingeniero agrónomo tiene pleno empleo, y muchas empresas se ven con problemas para cubrir la necesidad de ingenieros agrónomos que generan sus actividades. ¿Os sucede también a vosotros?

Sin duda. Digamos que me encantaría ir a todos los institutos para animar a la comunidad estudiantil a que estudiaran ingeniería agronómica. No pueden imaginarse la salida que tiene.

¿Hacia dónde camina el sector? ¿Prevéis un horizonte de cambio constante o pensáis que en algún momento se llegará al punto óptimo de evolución de los bioestimulantes?

Como he dicho anteriormente, el sector agro está cambiando, lo vemos todos los días. Escuchamos reiteradamente conceptos como sostenibilidad, residuo cero, orgánico, ecológico, huella de carbono etc. Hay que recordar que en julio de este año va a entrar en vigor el nuevo reglamento europeo. Desde luego, esta evolución está siendo positiva, va a poner mucho orden en el sector. El camino de los bioestimulantes está empezando ahora, y como todo lo que empieza, irá sufriendo variaciones hasta que encuentre ese punto óptimo del que hablas. Y no solo los bioestimulantes, otras familias de productos que están en un limbo administrativo se regularán tarde o temprano.

¿Cuáles crees que son las claves para que Grupo Iñesta haya llegado hasta donde está?

Su fundador, Alfredo IñestaBeltrá, y por supuesto, su equipo humano.

Ya para finalizar, ¿con qué estrategia afronta Grupo Iñesta sus próximos 40 años?

Seguir la línea de lo conseguido hasta ahora. La segunda generación debe aprovechar el knowhow que ya posee la empresa y conseguir mejorarlo. Estamos en plena fase de crecimiento y no lo vamos a desaprovechar.