“Contamos con directivos cada vez más cualificados, más implicados y más capaces”

José Vizcaíno es un ingeniero agrónomo con una sólida formación de posgrado que demuestra que nuestra profesión está perfectamente capacitada para la dirección de empresas. Acumula más de dos décadas de experiencia en consultoría y actualmente es socio director de GRUPO IFEDES, S.A. en la Unidad de Negocio de Optimización. Ha dirigido y ejecutado más de 20 proyectos de planificación estratégica, y ha sacado adelante otro centenar en las áreas de operaciones, procesos y sistemas de gestión, todos ellos orientados a la optimización y la mejora de la productividad. Asimismo, ha liderado proyectos de dinamización de equipos directivos, de formación de cuadros de mando, de definición de sistemas de retribución variable y de dirección por objetivos.

¿Cómo cree que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?

La sociedad de la comunidad valenciana valora y reconoce la importancia de la labor de los ingenieros agrónomos debido a la importancia de la agricultura en nuestra cultura y economía, y por su papel fundamental en el desarrollo y sostenibilidad de la misma, ya que el agricultor ve en los ingenieros agrónomos a unos aliados imprescindibles para la rentabilidad de sus explotaciones.

¿Cuáles cree que son las claves del éxito en nuestra profesión? ¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?

Como he citado anteriormente, nuestra comunidad está muy ligada desde sus orígenes al sector agroalimentario y de forma más o menos directa, todos tenemos un contacto con el mundo rural. Esto, unido a la polivalencia y la competencia técnica de los ingenieros agrónomos ya  la empatía y humildad con la que nos implicamos con el sector, constituyen las claves que han hecho que logremos la confianza y respeto de nuestros interlocutores y consecuentemente, al éxito competitivo de nuestra profesión.

En España, somos pioneros en la transformación y el cambio en esta nueva era, gracias a que contamos con directivos cada vez más cualificados, más implicados y más capaces

¿Qué hemos aportado a la sociedad a lo largo de las últimas décadas?

Hemos aportado conocimientos técnicos especializados, habilidades de análisis de la información aportada por propietarios y explotaciones, habilidades de gestión y, últimamente más, una conciencia ambiental imprescindible para la competitividad de nuestros productos y en consecuencia de nuestras explotaciones.

Representas como pocos compañeros la vertiente de alta dirección que también tiene nuestra profesión. Además, te enfocaste ahí desde el principio. ¿Por qué?

Siempre me ha gustado asumir retos y compromisos, y eso ha provocado que mi desarrollo profesional se haya visto vinculado a puestos directivos.

Hemos pasado de directivos de confianza implicados al 100% en la empresa a directivos profesionales igualmente implicados, pero con unas capacidades y competencias alineadas con las exigencias actuales de los mercados

¿Qué cualidades presenta un perfil de ingeniero agrónomo en cuanto a habilidades directivas?

La polivalencia de nuestro programa formativo, la competencia técnica alcanzada, la capacidad de esfuerzo para resolver problemas y el respeto a las personas configuran los valores fundamentales para una dirección eficaz.

¿Qué valor diferencial puede aportar un perfil como el nuestro a la dirección de una empresa?

Un ingeniero agrónomo puede aportar conocimientos técnicos especializados, habilidades de análisis de datos, habilidades de gestión y una conciencia ambiental a la dirección de una empresa. Estas habilidades y conocimientos pueden ser valiosos para la toma de decisiones estratégicas y para el éxito general de la empresa.

Impartes clases de Gestión de Empresas desde hace 18 años en la escuela de caminos de la UPV como profesor asociado. ¿Qué enseñas a tus alumnos y en qué haces más hincapié?

Si le preguntaras a cualquier alumno de los que he tenido el privilegio de compartir aula, y les preguntaras que es “Gestión”, todos ellos te responderían los principios que les traslado y que constituyen el núcleo de mis asignaturas: planificación, organización, control y dirección. Todo ello, enriquecido con los ejemplos reales, prácticamente diarios, de mi actividad profesional, lo cual les permite afianzar estos conceptos.

Siempre me ha gustado asumir retos y compromisos, y eso ha provocado que mi desarrollo profesional se haya visto vinculado a puestos directivos

¿Tenemos buenos directivos empresariales en España?

Si. Cada vez mejores, más implicados, más objetivos, más formados, más… Hemos pasado de directivos de confianza implicados al 100% en la empresa a directivos profesionales igualmente implicados, con la misma confianza con la propiedad o la dirección general, pero con unas capacidades y competencias alineadas con las exigencias actuales de los mercados.

¿Cómo ha evolucionado la cultura del directivo?

La cultura del directivo ha evolucionado en paralelo a las exigencias de los mercados y los requisitos de los empleados (presentes y futuros). La situación actual, post-pandemia, con una guerra en curso y gran debilidad económica generalizada en Europa y el mundo entero, ha obligado a las empresas, y, por ende, a sus directivos, a modificar su forma de ver y hacer las cosas. En ese aspecto considero que, en España, somos pioneros en la transformación y el cambio en esta nueva era, gracias a que contamos con directivos cada vez mas cualificados, más implicados y más capaces.

Llevas 10 años trabajando en Grupo Ifedes, que, entre otras cosas, ofrece Consultoría Estratégica en Desarrollo de Negocio. ¿Cuál es el talón de Aquiles de las empresas españolas?

Generalizar es un riesgo que nadie puede asumir. En unas es la falta de visión y en otras la falta de autocrítica que les permita detectar sus errores o aspectos de mejora. Y a casi todas las empresas les cuesta confiar en un tercero que le ayude y, consecuentemente, invertir en la aplicación de soluciones que les permitan redefinirse para asumir el fututo de forma sólida.

No hay que olvidar los nuevos grados que están surgiendo y se están “ocupando” poco a poco nuestro terreno: biología celular de plantas, biotecnología agroalimentaria, veterinaria…

¿Cómo definiría la evolución que ha experimentado nuestra profesión en las últimas décadas?

Veo una evolución positiva hacia las nuevas tendencias agroalimentarias, lo que le permite mejorar la posición competitiva de los graduados, si bien, a mi entender, muchos grados han perdido la identidad con la ingeniería agronómica, lo que afecta al corporativismo propio de una profesión.

¿Qué desafíos acechan a la profesión?

Los ingenieros agrónomos tendrán que enfrentarse a muchos desafíos en el futuro para asegurar la sostenibilidad y la seguridad de la producción agrícola y ganadera, como el cambio climático, con las consecuencias que ello conlleva: por una parte, la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad, con la consecuente pérdida de diversidad genética y de especies. Por otra, las exigencias medioambientales derivadas de lo anterior, que impactan directamente con la actividad de agricultores y ganaderos. En tercer lugar, la evolución de la tecnología y automatización, lo que tendrá un impacto tanto positivo como negativo en la industria. Y para acabar, la seguridad alimentaria, puesto que la globalización de los productores, los costes de producción y la rentabilidad imprescindible de las explotaciones hacen que el foco se dirija a garantizar la seguridad de los alimentos agrícolas y ganaderos, lo que se convierte en un gran desafío en todo el mundo.

¿Y entre las amenazas, cuáles citaría?

No hay que olvidar los nuevos grados que están surgiendo y se están “ocupando” poco a poco nuestro terreno: biología celular de plantas, biotecnología agroalimentaria, veterinaria… Todos ellos desde el punto de vista profesional, pero el impacto va más allá, abarcando aspectos medioambientales y sociales.

A casi todas las empresas les cuesta confiar en un tercero que le ayude y, consecuentemente, invertir en la aplicación de soluciones que les permitan redefinirse para asumir el fututo de forma sólida.

¿A qué retos nos enfrentamos?

Considero que el gran reto al que nos enfrentamos es garantizar una competencia técnica enfocada, actual, de alto nivel y diferenciada de otras profesiones que dé a los profesionales egresados de nuestras escuelas un valor diferencial en el mercado laboral.

¿Cuáles son los sectores de futuro para los ingenieros agrónomos?

Tenemos un sector espectacular e imprescindible que per se tiene un gran recorrido en todos los aspectos relativos a la investigación, la genética, la innovación, nuevas tecnologías, mejora de procesos, mejora de productos… Y si añadimos las variables ligadas a los riesgos antes citados, tenemos recorrido para afianzar y mejorar la posición competitiva de los ingenieros agrónomos. Desde el punto vista de la sostenibilidad, debemos plantearnos asumir las capacidades para ayudar a las empresas en la definición de planes ASG (ambiental, social y buen gobierno) que les permitan cumplir con los criterios medioambientales que analizan la contribución y el desempeño de un negocio respecto a los desafíos ambientales de los ODS.