Partners05/11/2021

Cubiertas ajardinadas: un mercado muy maduro en Europa que no acaba de arrancar en España

España es el segundo país de Europa con más cubiertas de viviendas planas. Un factor que hace más sencilla la implantación de coberturas vegetales pero, según las estadísticas, insuficiente para hacer despegar este mercado. Alemania, Austria, Suiza o incluso Italia son países donde el apoyo de la administración pública y el alto conocimiento técnico permiten que el mercado crezca de manera destacada cada año. Este tipo de instalación facilita el control del drenaje de las aguas pluviales y mejora la eficiencia energética, la calidad ambiental del aire, el aislamiento acústico y aumenta la biodiversidad. Y no, las cubiertas ajardinadas no son las responsables de las filtraciones, las fugas de humedad se deben a una mala ejecución de la impermeabilización de la cubierta y a una deficiente protección de la misma.

Las cubiertas ajardinadas, al igual que otros sistemas como los jardines verticales, suscitan mucho interés por su atractivo estético y su carácter sostenible. Pero las ventajas de incorporar esta solución en las superficies de los edificios van mucho más lejos.

Control del drenaje
Cuando se producen lluvias fuertes y los desagües se saturan, las terrazas o superficies se encharcan y en ocasiones el agua permanece demasiado tiempo almacenada. Eso ocasiona el filtrado hacia las capas inferiores, apareciendo humedades o goteras. En estas situaciones, las cubiertas vegetales se comportan como una superficie permeable, en la que el agua se infiltra y queda retenida. La capa de sustrato y vegetación actúa como amortiguador del agua, porque esta es absorbida por las plantas y la tierra. Después, el agua sobrante es liberada poco a poco, sin saturar las vías de evacuación.

Para evitar humedades debe haber una capa impermeabilizante que asegure la estanqueidad del sistema y evitar así infiltraciones. La cubierta, por su parte, aumenta la vida útil de la impermeabilización de entre 10/20 años hasta 40/55 años.

Eficiencia energética y mejora de la calidad del aire
La capa de sustrato y vegetación protegen la superficie del edificio, y esto hace que en el interior del mismo se consiga un mejor equilibrio de temperatura. Con una cubierta vegetal tanto en verano como en invierno se limita el acceso de la temperatura exterior al interior del edificio, lo que mantiene el nivel de climatización y reduce el gasto energético.

La calidad del aire en las ciudades puede mejorar a medida que la instalación de cubiertas vaya siendo más habitual. Según un estudio elaborado por nuestro partner Projar y la ETSIAMN de la UPV, que llevan una década estudiando la sostenibilidad en la edificación a través de las cubiertas verdes, una cubierta extensiva de sedum puede capturar en torno a 1,387 kg de CO2 por m2. También está demostrado que mejoran el aislamiento acústico y favorecen el aumento de la biodiversidad.

¿Resisten el peso los edificios que inicialmente fueron diseñados sin cubierta vegetal?
Según la citada investigación, si la cubierta se incluye en el proyecto de diseño del edificio es evidente que el peso es tenido en cuenta a la hora de planificar la estructura. Las dudas suelen aparecer cuando este sistema se instala en un edificio ya construido, y por supuesto en estos casos siempre se llevan a cabo los cálculos oportunos. Hemos consultado con varios ingenieros agrónomos con experiencia en el cálculo de estructuras y nos han confirmado que en la práctica totalidad de casos, los proyectos son viables. No obstante, una cubierta extensiva de poco espesor supone una carga ligera para cualquier estructura y se presenta como la opción más adecuada para adaptar.

Y llegado el punto más importante, el de los costes económicos, si bien es cierto que una cubierta ajardinada eleva el coste del proyecto, este sistema puede tener sentido dado que se consiguen reducciones de consumo energético de hasta un 10%.

El mercado en España no está maduro aún
Consultamos a Ana Llopis, Product Manager de Paisaje y Medio Ambiente de la empresa Projar, para comprobar el grado de implantación de cubiertas vegetales en España. “En general, podemos afirmar que en España estamos todavía en el inicio del camino si comparamos cotas de mercado con respecto a otros países de Europa, pese a que por otra parte el interés que despierta este tipo de soluciones va en aumento”. Hay otros países en el norte o centro de Europa que nos llevan 25 o 30 años de ventaja, como Alemania, Austria, Suiza o Italia, mientras que aquí aún estamos hablando de solución innovadora”. Y destaca uno de los mayores beneficios de este sistema: “las cubiertas ajardinadas funcionan como SUDS, ya que consiguen los objetivos principales que son la disminución de las puntas de caudal, la reducción del volumen total de agua a evacuar fuera del sistema y el poder mejorar la calidad de las aguas descargadas a la red”.

Pero ¿por qué estamos tan rezagados en España? “Existe un gran desconocimiento desde el punto de vista social, pero también desde el técnico. La administración pública y los arquitectos, así como el resto de técnicos prescriptores tienen la llave para impulsar este tipo de soluciones en nuestra sociedad y esto es lo que más está constando”, lamenta Llopis, quien pone de relieve que la gente “en general, no ve con buenos ojos estas actuaciones. Si preguntas a un profano, te dirá que estos sistemas generan humedades, cuando esto no es así”.

Proyectos emblemáticos en España
No obstante, desde Projar siguen apostando por esta solución. “Estamos convencidos de que tiene futuro, el mercado va evolucionando hacia infraestructuras verdes sostenibles y va camino de incrementarse de manera considerable. Me cuesta todavía pensar en una cuota de mercado como la que tiene Alemania, que lleva instalados muchos millones de metros cuadrados. Siguiendo estos modelos, la incentivación económica por parte de la administración pública debe empezar a plantearse como medida necesaria para activar este tipo de actuaciones en España”, reflexiona Ana Llopis, que cita algunos ejemplos de proyectos emblemáticos en España: “La Torre Sevilla, con 14.000 m2 de cubierta intensiva, un proyecto único en Europa; la nueva sede del BBVA, con 8.000 m2 de área para parking, o el centro comercial Open Sky en Madrid, que se inaugura próximamente, con 6.000 m2 de cubierta intensiva, donde hemos proporcionado el sistema de drenaje para la cubierta ajardinada”.

Para finalizar, la Product Manager de Projar alerta sobre la cierta intrusión que se sufre en este sector: “En este sector hay empresas que no aseguran el correcto funcionamiento de la cubierta ajardinada, bien por el tipo de sistema de drenaje que instalan o generalmente por el tipo de sustrato que seleccionan ya que resulta ser inadecuado no cumpliendo con los requisitos necesarios de capacidad drenante, peso y estabilidad en la mezcla. Para encargar un proyecto de estas características hay que acudir a empresas especializadas y asegurar una buena dirección facultativa tanto en la proyección como durante la ejecución, en nuestro caso somos ingenieros agrónomos los que estamos al cargo de este tipo de actuaciones”.