“Hay tantos sectores de futuro para nuestra profesión que uno no sabe por dónde comenzar»

Luis Puchades es un ingeniero agrónomo pionero en la puesta en marcha de instalaciones de biogás y gas renovable en nuestro país. Es el fundador de Biovic, una empresa especializada en la ingeniería, ejecución y puesta en marcha de plantas de biogás y biometano, que también trabaja en la valorización de residuos y las energías renovables. Mantiene que es factible una transición desde el gas natural hasta el biometano, el hidrógeno y otras tecnologías en desarrollo. Y afirma que la ingeniería agronómica tiene un futuro esplendoroso.

¿Cómo cree que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?

Creo que se valora lo que los agrónomos ayudamos a proporcionar: seguridad alimentaria, energía, sostenibilidad… Hay ingenieros agrónomos en puestos clave en todas estas áreas.

¿Cuáles cree que son las claves del éxito en nuestra profesión?

Estamos en el centro de las principales necesidades que tiene la sociedad: alimentos saludables, energías renovables, ciclo del agua, lucha contra el cambio climático y crear un modelo sostenible económica y medioambientalmente, especialmente para el mundo rural. Somos además profesionales flexibles y sobre todo, apasionados. Creo que nos gusta lo que hacemos, somos muy vocacionales, y eso marca las diferencias.

Estamos en el centro de las principales necesidades que tiene la sociedad: alimentos saludables, energías renovables, ciclo del agua, lucha contra el cambio climático y crear un modelo sostenible económica y medioambientalmente, especialmente para el mundo rural

¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?

Haciendo bien las cosas durante muchas décadas. Veamos un ejemplo: estamos inmersos en una de las peores crisis de las últimas décadas, la generada por la COVID19. El sector de la alimentación ha respondido fenomenalmente. Tampoco han fallado el suministro y tratamiento de las aguas o los residuos, entre otros. El mérito de los agrónomos es que no se hable mucho de nuestros sectores en esta situación, cuando si llegan a fallar las consecuencias hubieran sido catastróficas. 

¿Qué papel jugamos los ingenieros agrónomos en la implantación de la economía circular?

Un papel central. La economía circular es una interrelación de muchas cosas. Los agrónomos tenemos una visión global del clima, de nuestro suelo, de nuestros medios productivos, de los procesos biológicos, la tecnología, el reciclado o la energía, que no tienen otras ingenierías. Otras profesiones pueden ser muy buenas en aspectos puntuales, pero analizando la economía circular como lo que es, algo tremendamente interrelacionado, somos la profesión mejor preparada para liderarla.

Nuestro mundo es un medio rural salpicado de aglomerados antinaturales que conocemos como ciudades

¿Hay alternativa a la economía circular?

El modelo económico actual, basado en una producción y un consumo con recursos naturales ilimitados y sin una visión a largo plazo, se ha demostrado fallido al no contemplar la dimensión ambiental en su valoración de riqueza y desarrollo. Por tanto, si queremos dar unas condiciones dignas a una población humana de casi 8.000 millones de habitantes, la economía circular es la única estrategia con posibilidades de éxito. 

¿Cree que estamos minusvalorando los recursos que nos ofrece el medio rural?

El medio rural tiene todos los recursos, es imposible minusvalorarlo, salvo que se tenga una profunda desconexión con la realidad. Nuestro medio rural ha de producir la comida que necesitamos, es donde ocurre la mayor parte del ciclo del agua, es donde van instaladas las plantas de energías renovables, son las plantas que han de producir el oxígeno y secuestrar el CO2….. Nuestro mundo es un medio rural salpicado de aglomerados antinaturales que conocemos como ciudades.

El gas natural es más importante de lo que parece: no somos conscientes de que el consumo en términos totales de energía de gas natural es superior al consumo de electricidad. A partir de esta base, el sector del gas debe recorrer un camino hacia la descarbonización

Uno de los factores que más encarecen el precio de la electricidad es el precio del gas natural ¿Hay alternativas a este gas?

En la actualidad no. No las hay si queremos mantener una industria competitiva. Del gas natural depende nuestra industria agroalimentaria intensiva en consumo energético, la cerámica, la industria pesada, las refinerías, la producción de fertilizantes o la generación de electricidad, entre otros. El gas natural es más importante de lo que parece: no somos conscientes de que el consumo en términos totales de energía de gas natural es superior al consumo de electricidad. A partir de esta base, el sector del gas debe recorrer un camino hacia la descarbonización. Y aquí aparecen dos gases renovables que va a tener una gran importancia: el biometano, producido a partir del biogás, y el hidrógeno. Y no son los únicos. 

¿Cuál es el potencial del gas renovable en España?

En lo relativo al biometano, podría generarse más del 10% del consumo de gas natural actual en base al tratamiento de residuos agroganaderos, de la depuración de aguas o de la gestión del residuo urbano. Pero no es el potencial energético en el que debemos fijarnos exclusivamente. El potencial como elemento descarbonizador del gas renovable es enorme. La economía del biogás permite capturar las emisiones de metano de la ganadería, que son una de las mayores fuentes de emisiones y genera a su alrededor una economía de los fertilizantes orgánicos, que tendrá más importancia de la que parece. El suelo puede ser el método más barato para el secuestro de carbono en forma de materia orgánica. Aumentar el contenido de materia orgánica de nuestros suelos, gracias en parte a la aplicación de fertilizantes orgánicos generados a partir de los digestatos, es una herramienta clave para el secuestro del carbono. En lo relativo al hidrógeno, tenemos un enorme potencial como uno de los grandes potenciales distribuidores de hidrógeno renovable gracias a nuestra posición geográfica y condiciones meteorológicas. Nuestro potencial solar y eólico podría permitir producir hidrógeno renovable barato, y que tengamos no solo capacidad de autoabastecimiento, sino también de exportación. Entre el biometano, el hidrógeno, y otras tecnologías en fase de maduración, el potencial para cubrir el 100% del consumo de gas actual a medio y largo plazo es factible.

¿Estamos muy atrasados con respecto a otros países?

En biometano sí. Existen más de 1.000 plantas de biometano ya funcionando en Europa, y la cifra crece por centenares año a año. En Estados Unidos el proceso es similar. En España estamos retrasados, pero se está haciendo un gran esfuerzo por parte de los principales actores (gasistas, ingenierías, desarrolladores, empresas de gestión de residuos, empresas del ciclo del agua y la administración) para revertirlo. El biometano ya ha explotado en España pero aún no lo notamos porque las plantas están en tramitación, ya hay decenas de proyectos tramitándose. En hidrógeno no vamos retrasados respecto al resto del mundo, más bien lo contrario, somos punteros y con un gran recorrido por delante.

Entre el biometano, el hidrógeno, y otras tecnologías en fase de maduración, el potencial para cubrir el 100% del consumo de gas actual a medio y largo plazo es factible

¿Cómo definirías la evolución que ha experimentado nuestra profesión en las últimas décadas?

Los ingenieros agrónomos nos hemos diversificado y especializado enormemente. Puedes ver a nuestros compañeros trabajando en aspectos punteros de muchísimos sectores. Es increíble cómo han evolucionado muchas tecnologías en las últimas dos décadas. Solo espero que los agrónomos sigamos teniendo ese punto de “saber un poco de todo”, una visión amplia, que tan importante es, y no caer en la sobreespecialización. 

 ¿Qué amenazas acechan a la profesión?

Creo que tenemos pocas amenazas, pues somos necesarios ahora y en el futuro. La humanidad requiere alimentos saludables, energía sostenible, reciclar los residuos, luchar contra el cambio climático y, sobre todo, tener un medio rural sostenible económica y medioambientalmente. Los ingenieros agrónomos somos clave en todos estos aspectos, somos unos privilegiados. El futuro es nuestro. 

Hay tantos sectores de futuro para nuestra profesión que uno no sabe por dónde comenzar: biotecnología, biorrefinerías, producción sostenible, medio ambiente, ciclo del agua, fertilizantes, fuentes alternativas de proteína, energía

¿A qué retos nos enfrentamos?

Como ingenieros individuales, a estar al día de las tendencias que se producen en nuestros respectivos sectores. Y no es algo solo tecnológico, me refiero a los cambios sociales y de consumos, a los que debemos saber dar respuestas. Si hablamos del papel de los ingenieros agrónomos para con la sociedad, debemos de estar preparados para dar soluciones mejores a la producción sostenible de alimentos, el desarrollo rural, el ciclo del agua, el reciclaje de nuestros residuos y la energía.

¿Cuáles son los sectores de futuro para los ingenieros agrónomos?

Hay tantos que uno no sabe por dónde comenzar: biotecnología, biorrefinerías, producción sostenible, medio ambiente, ciclo del agua, fertilizantes, fuentes alternativas de proteína, energía, etc.