Partners11/10/2019

Seguridad Alimentaria: Aditivos alimentarios

Nuestro partner DECCO Ibérica nos habla en clave de seguridad alimentaria en cuanto a todos los aspectos que debemos conocer sobre los aditivos.

En la actualidad, mantener los alimentos frescos en buenas condiciones desde su recolección hasta el momento de su llegada al mercado pasa en la mayoría de casos por el uso de aditivos alimentarios. Por supuesto, estas sustancias deben ser completamente inocuas para la salud humana y, para garantizar esto, deben pasar los diversos controles establecidos a nivel internacional.

Conocer qué son realmente estos aditivos y sus usos en la industria alimentaria nos permite entender mucho mejor la calidad de los alimentos que ponemos en nuestro plato.

Qué son los aditivos alimentarios y para qué sirven

Los aditivos alimentarios son todas aquellas sustancias que se añaden a un alimento para mejorar su conservación, mantener su frescura, sabor y textura, sin que le afecte en ningún momento las condiciones ambientales.

Para que un producto tenga esta consideración debe cumplir con tres características básicas:

  • Tener una utilidad demostrada.
  • Ser completamente seguro.
  • No hacer pensar que un alimento tiene ciertas propiedades que en realidad no posee.

Aunque en la actualidad su aplicación es mucho más sofisticada y cumple con diversos requisitos científicos, en realidad el concepto de añadir un producto natural a la comida para conservarla ha estado presente a lo largo de toda la historia. La sal, el azúcar o el dióxido de azufre nos ha permitido mantener en buenas condiciones la carne, el pescado, la fruta o el vino desde hace siglos. Hoy en día, los aditivos alimentarios se obtienen de minerales, plantas, animales e, incluso, se producen sintéticamente.

¿Cómo saber si un alimento tiene aditivos? La OMS y la Comisión del Codex Alimentarius han establecido diferentes normas y recomendaciones para que la industria alimentaria indique los aditivos que contienen sus productos. Además, las autoridades de cada país deben controlar que las empresas usan estas sustancias respetando la legislación nacional, con el objetivo de evitar riesgos de seguridad alimentaria.

Asimismo, hay que señalar que la Unión Europea ha promulgado un reglamento que obliga a su inclusión en las etiquetas, con el concepto de “números E”. Este etiquetado resulta de gran ayuda para que personas con alergias y sensibilidades puedan identificar los aditivos alimentarios entre los ingredientes.

Tipos de aditivos alimentarios

La lista de aditivos alimentarios incluye desde edulcorantes naturales a compuestos químicos derivados de elementos como los minerales:

  • Aromatizantes que confieren al alimento un olor especial cuando está en boca. El aroma de vainilla es uno de los más habituales.
  • Colorantes que proporcionan un mejor aspecto al alimento. La remolacha es un producto natural que cumple con esta función.
  • Conservantes que evitan que los microorganismos afecten a los alimentos y les dan apariencia de frescos.
  • Antioxidantes y reguladores del pH con el objetivo de prevenir la reacción química de la oxidación, una de las que más deteriora un producto.
  • Correctores de acidez, muy habituales en los refrescos. Se añaden para potenciar el sabor o cambiar el grado de acidez.
  • Espesantes que dan textura a un alimento. Las gomas vegetales son muy eficaces.
  • Saborizantes como los edulcorantes y potenciadores del sabor. El azúcar, la sal y la miel son algunos de estos aditivos alimentarios más tradicionales.
  • Emulsionantes que mezclan dos sustancias en principio difíciles de unir, como los lípidos y el agua.

Los 5 Aditivos alimentarios más usados

  1. El ácido ascórbico es un antioxidante que impide la oxidación de los alimentos al estar en contacto con el aire. Entre otros alimentos, se aplica en frutas, verduras, cereales y alimentos horneados.
  2. El nitrito de sodio evita que aparezcan bacterias u otro tipo de microorganismos que conviertan un alimento en tóxico. Se usa, entre otras cosas, para curar carne y pescados en salazón, y también ayuda a prevenir el botulismo. De todos modos, merece la pena señalar que las cantidades a usar de este producto están estrictamente reguladas por ley.
  3. La lecitina es un emulsionante y estabilizante muy usado en salsas y productos bajos en grasas, en los que sería difícil mantener su textura hasta su consumo.
  4. El glutamato monosódico es uno de los potenciadores del sabor más habituales. Es popular por aportar el conocido como ‘sabor umami’. Es decir, equilibra y armoniza los sabores de los platos y los hace más atractivos al paladar.
  5. La curcumina se extrae de la especia de la cúrcuma. Se trata de un colorante vegetal de color amarillo brillante, que no tiene efectos adversos y que se usa para dar un aspecto mucho más apetitoso a quesos, sopas y carnes, entre otros productos.

Recubrimientos de frutas como aditivos

Los recubrimientos de frutas son uno de los tipos de aditivos más específicos que se aplican a ciertas frutas para garantizar su conservación. Contienen polisacáridos, proteínas y, en muchas ocasiones, cera de abeja. Cumplen con las siguientes funciones:

  • Evitan la pérdida de peso.
  • Favorecen que mantengan la piel tersa.
  • Aportan más brillo a la piel.

En definitiva, además de cuidar el buen estado de las frutas, los recubrimientos comestibles ayudan a su comercialización.