“Trabajar con una figura de la talla de Sergio García ha sido y es un auténtico privilegio”

Marino Cabo lleva el golf en la sangre. El virus se lo inoculó su padre, el también greenkeeper y profesional del golf Pepín Cabo, que desarrolló la mayor parte de su carrera en el Campo de Golf El Saler. Antes, su abuelo había sido greenkeeper del campo gijonés de Castiello. Marino decidió prolongar la saga familiar, y para ello estudió ingeniería agronómica, una profesión que le ha dado los conocimientos necesarios para ejercer su profesión con garantías. Lo hace en el Campo de Golf Mediterráneo, de Castellón, donde trabaja con Sergio García. Marino reconoce que el sector ha evolucionado de manera asombrosa en los últimos veinte años. El resultado, campos cada vez más tupidos, especies de césped más resistentes y una tecnologización imparable.

¿Cómo cree que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?

Mi opinión es que existe una percepción positiva de la profesión por los sectores estratégicos donde desempeñamos nuestra labor. Pero también considero que para mucha gente existe desconocimiento al respecto de todo lo que un ingeniero agrónomo puede llegar a desarrollar.

¿Cuáles cree que son las claves del éxito en nuestra profesión?

La principal clave que pondría en valor es la transversalidad de nuestra formación. La base de la titulación toca muy diversas ramas, aportando los conocimientos básicos que se pueden desarrollar en profundidad posteriormente a nivel profesional. Nos hace muy capaces en ámbitos muy distintos. No es extraño encontrar profesionales que a lo largo de su carrera hayan tocado sectores que no tienen relación entre sí.

Es necesario estar constantemente actualizando el conocimiento que se genera en el sector, que es muy amplio y siempre está en constante renovación

¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?

Si se trata de la confianza de los clientes, creo que la resolución de los problemas que se presentan dentro de un ámbito presupuestario optimizando el resultado es la clave para desarrollar un buen trabajo como asesor. Este es el eje clave que ha regido mi trayectoria profesional.

¿Qué hemos aportado a la sociedad a lo largo de las últimas décadas?

La aportación de los greenkeepers en las últimas décadas ha sido decisiva para disponer de instalaciones de una calidad muy superior a la de hace 30 o 40 años. El sector se ha tecnificado muchísimo. Esto ha permitido tener un control y una precisión de todos los factores que afectan al mantenimiento de un campo de golf muy elevado y el disponer de personal técnico con una formación amplia como es la de un ingeniero agrónomo da una capacidad muy alta para abordar la resolución de muchos problemas.

Cuando decidí que quería dedicarme a esta profesión pensé que la mejor formación para abordarla sería desde el punto de vista de la ingeniería agronómica

Ha desarrollado la práctica totalidad de su carrera como Greenkeeper. ¿A qué se debe esto? ¿Jugaba al golf antes de empezar a desarrollar tu carrera profesional?

Mi carrera como greenkeeper viene claramente marcada por la profesión que desarrollaba a mi padre, que también fue greenkeeper y profesional de golf. Por aquel entonces, los técnicos basaban su conocimiento en la experiencia y en la formación básica elemental que podían tener del sector. Cuando decidí que quería dedicarme a esta profesión pensé que la mejor formación para abordarla sería desde el punto de vista de la ingeniería agronómica.

¿De qué ha de saber un greenkeeper para desarrollar su trabajo?

Hoy en día, el puesto de greenkeeper requiere de una formación muy amplia. Somos un gremio en constante aprendizaje. Existen distintas formaciones académicas que te dan una base para poder desarrollar esta profesión. Además de ellas, es necesario estar constantemente actualizando el conocimiento que se genera en el sector, que es muy amplio y siempre está en constante renovación. Asimismo, en mi opinión, el conocimiento del deporte y su práctica ayuda muchísimo a la hora de desarrollar tu trabajo.

La aportación de los greenkeepers en las últimas décadas ha sido decisiva para disponer de instalaciones de una calidad muy superior a la de hace 30 o 40 años

Lleva casi 20 años trabajando en este ámbito ¿Han evolucionado mucho las técnicas, las herramientas y la ciencia aplicada relacionadas con tu trabajo?

El sector ha evolucionado enormemente. Desde las tareas manuales que realizaban los trabajadores hace 50 años hasta los robots autónomos que puedes encontrar hoy en día trabajando en algunos campos.. Las variedades de semilla, la maquinaria, la tecnología, la gestión de los equipos de trabajo, los fertilizantes y enmiendas, la lucha integrada de plagas… son ámbitos que han evolucionado de manera exponencial y ya nada tienen que ver con las técnicas utilizadas hace 20 años.

¿Qué factores intervienen en el cuidado de las especies vegetales de un campo de golf? ¿Cuáles no puedes controlar (además de la climatología) y cuáles sí?

Desde el punto de vista técnico, lo primero es entender qué estructura vegetal tiene un campo de golf. Si consideramos que puede haber más de 10 especies distintas de céspedes con alturas de corte de entre 3 mm y 50 mm, todas con sus requerimientos nutricionales y de mantenimiento específicos y únicos e incluso en ocasiones combinadas entre sí, conviviendo céspedes de clima frío y clima cálido, especies de comportamiento opuesto completamente… La variabilidad es enorme. Factores como la calidad de agua de riego, la estructura del suelo donde desarrollas el césped, la climatología, la afección de plagas y enfermedades del mismo, la antigüedad del campo y sus características constructivas, etc.. hace que cada instalación sea única.

Creo que la resolución de los problemas que se presentan dentro de un ámbito presupuestario optimizando el resultado es la clave para desarrollar un buen trabajo

¿Es habitual que haya greenkeepers ingenieros agrónomos o es algo que se ha ido haciendo más frecuente en los últimos años?

En el pasado era más habitual encontrar técnicos solo con la titulación, ya que no se accedía tan fácilmente a los cursos universitarios específicos para esta profesión en el extranjero hace 20-30 años. Si se quería disponer de formación técnica era más habitual formarse aquí a través de la ingeniería.

¿Qué supone trabajar con un profesional como Sergio García, que tiene en Mediterráneo su academia de golf y que acumula tanta experiencia profesional?

Trabajar con una figura de la talla de Sergio García ha sido y es un auténtico privilegio. La cantidad de conocimientos que atesora acerca del golf, su práctica y las instalaciones donde se desarrolla es enorme. Los técnicos trabajamos para ofrecer la mejor instalación posible a todo tipo de jugadores de golf. La experiencia y la cantidad de campos de primerísimo nivel que ha visto en su carrera deportiva es difícil de igualar. Es algo que para un técnico resulta emocionante, poder disponer de ese conocimiento, para mejorar las instalaciones.

Nuestro principal reto consiste en hacer asequible y cercano del golf a la población en general

¿Qué amenazas acechan a la profesión?

Somos un gremio en continua formación, ya que las condiciones en las que desarrollamos nuestro trabajo cambian constantemente. Debemos ser capaces de adaptarnos a las mismas. Un ejemplo es la nueva legislación en materia de gestión integrada de plagas. La cantidad de productos fitosanitarios disponible para el uso en las instalaciones se ha reducido drásticamente con la aplicación de la nueva normativa verde de ámbito europeo. Esto afecta a la calidad del campo de forma muy acusada (hasta hacer casi inviable mantener la instalación en algunos casos) y debemos encontrar la manera de poder explicar cómo afecta una norma tan general a unas instalaciones tan particulares.

¿A qué retos nos enfrentamos?

Nuestro principal reto consiste en hacer asequible y cercano del golf a la población en general. El mundo del golf tiene su peso importante en un sector tan estratégico como es el turismo, además de ser una opción saludable para practicar deporte, con personas de cualquier edad o condición física, para los entornos sociales locales, donde se ubican los campos. Pero este deporte se ha estado demonizando durante muchos años. Es muy habitual mantener conversaciones con gente que desconoce por completo cómo realizamos nuestro trabajo y nunca ha visitado las instalaciones y, una vez superada esta barrera, queda asombrada y atraída por este deporte.