09/09/2022

Ximo Aguilella, miembro de nuestra junta, es permit manager, y cuenta el vía crucis de poner en marcha un huerto solar en Libre Mercado

En la jungla administrativa en la que vivimos no dejamos de encontrar ejemplos de cómo se pueden poner trabas a proyectos que son beneficiosos para el medio ambiente y para el ahorro de las empresas y las personas. El último, en las páginas de la publicación Libremercado.com, que retrata El calvario de montar un huerto solar en tu finca del pueblo: un viacrucis de más de 3 años.

No hablamos de caprichos tecnológicos ni de aventuras que no llevan a ninguna parte. Hablamos de una necesidad prioritaria ante la escalada de precios de la energía y la necesidad de incrementar el uso de energías renovables para hacer frente a la acuciante situación climática que atraviesa nuestro planeta. Proyectos que deberían encontrar un puente de plata en la administración se enredan en una maraña administrativa y de plazos que retrasan la puesta en funcionamiento –inyectar energía renovable a la red– de instalaciones totalmente finalizadas y funcionales.

La situación es tan acuciante que las empresas promotoras de estos proyectos han creado un nuevo perfil profesional: el permit manager, que en el artículo se describe como “una suerte de permisólogo especializado en este vía crucis administrativo”, un perfil que se ajusta a la perfección a los conocimientos y habilidades de los ingenieros agrónomos: nuestro conocimiento del medio natural y de las tecnologías de generación de energías renovables nos hacen idóneos para conducir hasta el final proyectos que minimicen el impacto ambiental, sean compatibles con los medios productivos y, evidentemente, maximicen la generación de energía.

Ximo Aguilella, miembro de la Junta de Gobierno del COIAL, que trabaja como permit mánager para la empresa Metka-EGN, una compañía internacional de soluciones de energía solar, lo corrobora y lo denuncia en el artículo que compartimos. Explica que lo más desesperante para los clientes es la fase final. Un parque terminado, es decir, con toda la inversión hecha, perfectamente listo para inyectar energía a la Red, puede demorar su puesta en marcha cuatro, cinco o seis meses. Industria y Medio Ambiente suelen tener un plazo máximo para responder, pero el resto de agentes implicados, que son las empresas distribuidoras, comercializadoras y REE no, con lo cual, el inversor está totalmente vendido.

Para echarse a llorar.