El diseño y el buen gusto no son propiedad de ninguna profesión

Luis Murria tenía un padre que hacía proyectos de ingeniería; quizá por eso, desde muy joven tuvo claro que quería dedicarse a eso. Estudió ingeniería agronómica, y la formación que adquirió le sirvió para sumergirse de lleno en su pasión. Hoy en día, es el director de la ingeniería Ingecivil, que desarrolla proyectos desde el primer plano hasta la entrega llave en mano. Incluso ha creado un innovador sistema de gestión que le permite controlar todo el proceso. Este apasionado del cálculo de estructuras y la construcción industrial reivindica el diseño en la ingeniería y disfruta con su trabajo.

¿Cómo cree que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?

Nos percibe como técnicos relacionados con la agricultura, cuando somos muchísimo más que eso.

¿Cuáles cree que son las claves del éxito en nuestra profesión?

La clave es que el plan de estudios del ingeniero agrónomo es muy amplio y contempla muchas disciplinas. Se nos forma de manera amplia, lo que nos permite abordar muchos tipos diferentes de campos. Es una formación que abre la mente.

La sociedad nos percibe como técnicos relacionados con la agricultura, cuando somos muchísimo más que eso

¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?

Trabajando bien. Desarrollando los encargos que tenemos con resultados exitosos. No hay otra forma. Es la única.

Examinando su currículum, vemos que está especializado en proyectos, digamos, de la rama más civil de nuestra ingeniería. ¿Cómo llega uno a especializarse en la ingeniería de proyectos?

Me he especializado en ingeniería de proyectos porque era lo que me gustaba, porque lo mamé en casa. Mi padre era perito industrial y yo trabajaba con él ayudándole en sus proyectos. Podría no haberme gustado, pero siempre me han gustado el cálculo de estructuras y la construcción industrial.

¿Qué hace falta para tener éxito en la gestión de un proyecto?

Una buena estructura empresarial que esté compuesta por buenos técnicos y buenas personas; y un buen desarrollo de los procedimientos internos de trabajo para que el producto que vendemos sea siempre el mismo, sea homogéneo y sea estándar. Cada diseño es diferente, pero los procedimientos son los mismos. En el caso de mi ingeniería, estoy en proceso de implantación de una ERP para control técnico, de costes, de calidades, para asignación de tareas a las personas del equipo. Es una manera de automatizar los procedimientos en una plataforma.

Siempre me han gustado el cálculo de estructuras y la construcción industrial

¿Cómo se coordina el trabajo en una ingeniería como la suya?

Nosotros tenemos varios niveles en la empresa: un área técnica compuesta por ingenieros del área de cálculo; un nivel medio con ingenieros jefes de proyecto, que son directores de obra; por encima, los directores de proyecto, que son los que coordinan a los que están por debajo. Y por encima de los directores de proyectos está la jefatura de la parte técnica y la jefatura financiera.

¿Cuántas personas pueden llegar a trabajar en un mismo proyecto?

En nuestra ingeniería, cuatro personas.

¿Cómo calificaría su trabajo: divertido, interesante, complejo, estresante…?

Creativo. Muy intenso. Y es muy gratificante porque al final, cada vez que pasas por delante de un edificio que has diseñado y construido, queda ahí para la posteridad y eso es muy gratificante.

Hacemos un llave en mano a los clientes, pero controlando todas las partes del proyecto. La técnica, la económica, los plazos, la seguridad y salud…

¿Tanto como un edificio de la época romana?

Evidentemente todos nos inspiramos en diseños y obras de otros arquitectos o ingenieros, es lo normal. Por ejemplo, uno de nuestros últimos proyectos está inspirado en el brutalismo, una de las tendencias de diseño de principios del siglo XX. Y mira, reivindico el diseño en la ingeniería. No nos podemos conformar con buscar la solución óptima desde el punto de vista constructivo, tenemos que convencer a los clientes que con un poco más, podemos hacer cosas muy interesantes, porque el diseño y el buen gusto no son propiedad de ninguna profesión.

¿Qué les diría a los jóvenes ingenieros agrónomos para que se dediquen a este sector?

Lo que les diría es que trabajen en alguna ingeniería como la nuestra, a través de prácticas o profesionalmente, porque es la única forma de aprender a proyectar es proyectando.

Que no es un trabajo demasiado convencional…

Habitualmente, un técnico redacta un proyecto para pedir licencia de obras, la propiedad contrata una empresa constructora y el técnico hace una dirección de obra. Es para lo que te preparan, pero nosotros no hacemos eso. Empezamos hace 20 años a hacer dirección integral de proyectos o project management. No es fácil hacerlo; nosotros lo hemos aprendido con el tiempo. Sabíamos hacer proyectos y dirección de obra, y hemos desarrollado una forma de trabajar. Hacemos un llave en mano a los clientes, pero controlando todas las partes del proyecto. La técnica, la económica, los plazos, la seguridad y salud…

Cada vez que pasas por delante de un edificio que has diseñado y construido, queda ahí para la posteridad y eso es muy gratificante

Es usted especialista en logística. ¿Cree que el delivery o la venta a domicilio van a cambiar la tipología de los centros logísticos?

No es que lo vayan a cambiar, sino que ya está cambiando. La preparación de pedidos de e-commerce se hace cada vez más a menudo. Vender paletas es cada vez más raro y se llega a pedidos de ventas de unidad. Esas empresas de venta de paletas enteras ven que su negocio está cambiando. Estamos preparando varias instalaciones para poder gestionar este tipo de pedidos de manera automatizada. El coste logístico de operaciones manuales es muy alto, y no pueden competir con Amazon. Nos hemos especializado mucho en procesos de automatización logística. Hemos desarrollado un proyecto de automatización logística importante, de varios millones de euros, para una empresa que hacía los mismos procesos con sistemas convencionales: coger una caja de una paleta, abrir una máster, abrir una caja, sacar una unidad, meterla en un sobre y llevarlo al muelle. Sabemos lo que cuesta hacerlo de forma manual y de manera automatizada. Y el coste baja a menos de la mitad.

Con cada vez más frecuencia escuchamos que los procesos administrativos para poner en marcha proyectos son muy lentos, y en muchas ocasiones, desesperantes. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

Depende del ayuntamiento, hay algunos que sí y otros que no. No siempre es así.

¿A qué retos nos enfrentamos?

El reto es la innovación dentro de la empresa. Igual que hemos hablado de que las empresas de logística necesitan automatizar sus procesos, nosotros tenemos que innovar para poder crecer.

¿Cuáles son los sectores de futuro para los ingenieros agrónomos?

Desde el prisma en que yo lo veo, los ingenieros agrónomos podrían trabajar haciendo lo que nosotros hacemos.

¿Cómo es su sistema de trabajo?

Se trata de un sistema innovador, que necesita una formación previa. Los procedimientos están escritos y estandarizados, y esta forma de trabajar la estamos digitalizando. Como si fuéramos un centro logístico. Parte de esta idea viene porque el diseño de software que utilizamos lo he desarrollado yo y lo estoy aplicando al despacho. Ni un ingeniero industrial ni un ingeniero agrónomo ni un ingeniero de caminos pueden incorporarse para trabajar a pleno rendimiento desde el primer día, aunque cualquiera que tenga ganas puede aprender si tiene una base. Si yo lo he aprendido, otro también puede hacerlo.