La sanidad de los suelos y su adecuado manejo es vital para la lucha contra el cambio climático por su triple función: mitigación, adaptación y sumidero de CO2

En la región mediterránea se prevé que la productividad agrícola se vea reducida por el cambio climático debido a impactos como los incrementos en temperaturas extremas, a las reducciones y mayor irregularidad en las precipitaciones, o al mayor riesgo de sequías y de otros eventos extremos.

¿Están integrando ya ese tipo de información en sus decisiones?

La agricultura está demandando productos que puedan ayudar a soportar mejor los cambios climatológicos y por tanto, nosotros debemos estar preparados para ofrecerles estudios que puedan medir el potencial de esos productos. Dado el aumento de las temperaturas y las irregulares precipitaciones que se dan en nuestro país, ya estamos llevando a cabo estudios de eficiencia agronómica con productos que buscan ayudar en la adaptación del cambio climático. Como empresa de investigación, estamos haciendo lo posible por profundizar en las técnicas de reconocimiento utilizando metodologías apropiadas para cada uno de los parámetros a medir.

¿En qué modo, desde su posición en el mercado, creen que pueden colaborar en la adaptación al cambio climático del sector agroalimentario y en los necesarios esfuerzos de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero?

Trabajamos para el Registro de Fertilizantes y Fitosanitarios, así como para la diagnosis de Nematodos fitoparásitos.  Gracias a esta especialización, nos hemos dado cuenta de que un suelo con presencia de nematodos gasta más recursos para obtener igual producción que un suelo libre de los mismos o con valores mínimos.

¿Cómo actúan los nematodos para causar este perjuicio a la planta?

Se alimentan de las raíces impidiendo que los nutrientes sean absorbidos por las mismas y propiciando que los hongos proliferen y se reproduzcan en las plantas. Empeoran el estado vegetal del momento y progresivamente, el del suelo. El aumento en la temperatura del suelo hace que estos pequeños organismos se reproduzcan más rápidamente y de forma continua, por lo que el calentamiento global favorece su proliferación. Por eso es tan importante aprender a combatirlos: tienen buenas perspectivas climatológicas.

¿Está sano el suelo que cultivamos?

Pensar que todos los suelos son iguales y que el cultivo se comporta igual año tras año es un error, el mismo que usar insumos agrícolas sin medida. El monocultivo, el trabajo excesivo de labranza así como el uso indiscriminado de insumos químicos hace que haya más desequilibrio entre plagas y enemigos naturales. Así que el margen de mejora es muy importante.

Pero si hay margen de mejora en la sanidad de los suelos agrarios, en los suelos sobre los que se desarrolla la infraestructura verde de nuestras ciudades está todo por hacer.

¿Qué fórmula propone para luchar contra esta realidad?

La sanidad de los suelos y su adecuado manejo es vital para la lucha contra el cambio climático por su triple función: mitigación, adaptación y sumidero de CO2.

Es necesario hacer eco de la incorporación del conocimiento y la tecnificación de la agricultura que son la “piedra angular” de todas las mejoras que se deben introducir. Los análisis son imprescindibles para conocer la realidad y sobre ella, planificar todas las acciones sanitarias y de nutrición. Creemos en una agricultura moderna y consciente que se basa en unos protocolos de actuación para generar más con menos.

¿Qué soluciones ofrece Neval para luchar contra el cambio climático?

Nuestra función es ayudar a conocer mejor el funcionamiento de las soluciones para la nutrición vegetal y diagnosticar los problemas de nemátodos en el suelo. En pocas palabras ayudamos a desarrollar soluciones de adaptación al cambio climático, evaluando la respuesta a estrés hídrico, golpes de calor y encharcamientos. Además se ser referentes en análisis de nemátodos, que como ya he comentado anteriormente es una cuestión esencial de la “salud” de los suelos.