“No vale digitalizar por digitalizar”

Carolina Puigcerver es ingeniera agrónoma por la UPV con más de diez años de experiencia en el sector citrícola. Está especializada en el control de plagas, enfermedades e identificación de enemigos naturales. Durante seis años ha sido asesora técnico-comercial de una empresa de distribución de productos fitosanitarios, y en los dos últimos responsable del departamento técnico, donde se ha encargado de la planificación y el seguimiento de las fincas en producción, así como del cumplimiento de los objetivos comerciales y proyectos de I+D+I. Desde hace tres años es directora del departamento de Gestión Integrada de Plagas y Enfermedades en Agrihold, S.L., empresa líder en la producción de cítricos, con una amplia trayectoria a nivel peninsular. Se encarga de la formación continua del equipo sobre identificación de plagas y el desarrollo de estrategias y asesoramiento para su control. Recientemente se ha encargado de desarrollar e implementar la digitalización a través de la creación de una App interna innovadora con el fin de analizar los procesos relacionados con el seguimiento de la fenología y sanidad vegetal de los cultivos en campo.

¿Cómo crees que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?

Si bien es una profesión en general bien valorada, considero que hay bastantes dudas sobre todas las competencias de un ingeniero agrónomo. Se asocia mucho a la agricultura, pero nuestra profesión abarca también muchos otros ámbitos y gran parte de la sociedad desconoce el amplio abanico de atribuciones que tiene un ingeniero agrónomo y los diferentes campos en los que podemos desarrollar nuestra actividad profesional.

¿Cuáles crees que son las claves del éxito en nuestra profesión?

Sin lugar a dudas, la diferenciación con el resto de ingenierías y otras carreras: somos la única ingeniería capacitada presente en todos los procesos de la cadena alimentaria desde la producción hasta el consumidor para garantizar la soberanía alimentaria de la población; esta profesión nos otorga un carácter multidisciplinar como puede ser la entomología, patología e investigación dentro de la sanidad vegetal de los cultivos o la ingeniería rural. Todos ellos, campos que sacan a relucir las competencias que tenemos y que debemos poner en valor, ya que no hay otros profesionales con la base técnica y agronómica que nos proporciona esta profesión. Además, otras claves podrían ser que contamos con la entrada al campo de mucha gente joven, entusiasta y bien preparada, aprendiendo siempre de la experiencia de nuestros agricultores. O el carácter innovador, porque siempre introducimos mejoras en todos los procesos. Ahora, también en la incorporación de la digitalización a nuestro entorno de trabajo.

Somos la única ingeniería capacitada presente en todos los procesos de la cadena alimentaria desde la producción hasta el consumidor

¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?

Teniendo en cuenta que la alimentación es un bien de primera necesidad y de vital importancia para la sociedad, los profesionales que nos dedicamos a mejorar toda la cadena alimentaria y a asegurar su sostenibilidad tenemos una gran responsabilidad y compromiso con la ciudadanía.

¿Qué hemos aportado a la sociedad a lo largo de las últimas décadas?

Asegurar la sostenibilidad de la cadena alimentaria es vital para cualquier sociedad. Cuando se habla de sostenibilidad, ésta debe ser económica, ambiental y social, porque sin la primera no podemos alcanzar las otras dos. Los agricultores deben poder vivir de su actividad de manera justa y en buenas condiciones. Nuestro deber es ayudarles a que además lo hagan respetando nuestro entorno.

Eres especialista en sanidad vegetal y has liderado un proceso de digitalización. Cuéntanos cómo se entrelazan estas dos disciplinas.

Tradicionalmente, el agrario ha sido un sector tardío en cuanto a digitalización, pero desde hace años todo esto está cambiando rápidamente, gracias en gran medida a los ingenieros agrónomos. La sanidad vegetal no podía ser diferente, y en este aspecto, disponer de información rápida y contar con bases de datos amplias en cuanto a las dinámicas estacionales de las plagas y sus enemigos naturales es clave para una toma de decisiones eficaz y sostenible.

No vale digitalizar por digitalizar. Los proyectos donde se aporte estos tipos de tecnologías carecen de sentido si no tienen una base técnica adecuada y métodos avalados por años de experiencia

Parece que ahora, cuando se habla de evolución de una empresa, sólo nos referimos a su digitalización, pero mucho nos tememos que para que una empresa evolucione se debe de hacer bien, ¿qué claves son las de una digitalización útil/bien hecha?

Es verdad que parece que últimamente sólo se hable de digitalización, y está bien porque era muy necesario en el sector agro, pero considero que no vale digitalizar por digitalizar. Los proyectos donde se aporte estos tipos de tecnologías carecen de sentido si no tienen una base técnica adecuada y métodos avalados por años de experiencia. La digitalización nos debe aportar datos fiables en los que poder apoyarnos para la toma de decisiones y agilizar procesos para evitar duplicidad de trabajos en una época en la que continuamente la burocracia nos aleja del campo, que es donde debemos tener el foco de nuestra atención. Digitalizar es el siguiente paso, pero el primero es asentar y corroborar esa metodología.

¿Para qué es buena la digitalización de la gestión de plagas, qué ventajas aporta?

Prácticamente cada año encontramos en nuestros ecosistemas una nueva plaga o enfermedad proveniente de terceros países. Además, contamos con una reducción de fitosanitarios registrados que limitan las posibilidades de implementar estrategias para alternar diferentes modos de acción, lo que aumenta el riesgo de crear resistencias. Todo ello nos lleva hacia un escenario donde las estrategias a seguir deben ir dirigidas hacia una agricultura sostenible, esto es, tratando con productos fitosanitarios sólo cuando sea estrictamente necesario y respetando a los enemigos naturales de las plagas de relevancia en nuestros cultivos. Por todo ello, es necesario el estudio sistemático e identificación exhaustiva de las diferentes plagas y enfermedades que afectan a nuestros cultivos y la utilización de soluciones tecnológicas para hacer más eficiente la producción. Las ventajas que nos aporta la digitalización de la gestión de plagas y enfermedades a través de la aplicación móvil creada son identificar qué problemas fitosanitarios tenemos y en qué proporción; evaluar si la plaga posee enemigos naturales que puedan controlarlas de manera eficaz o no; y ofrecer ayuda a la toma de decisiones para poder analizar posteriormente los resultados estudiando tendencias o zonas calientes gracias a la base de datos creada.

Cambiar la forma de trabajar de muchos años y además introducir herramientas tecnológicas como es esta aplicación es un proceso delicado

Cuéntanos cómo se coordina un equipo de trabajo que tenga como misión digitalizar la sanidad vegetal.

Cambiar la forma de trabajar de muchos años y además introducir herramientas tecnológicas como es esta aplicación es un proceso delicado. Considero que el éxito del mismo debe radicar en dos pilares: en primer lugar, es muy importante involucrar y escuchar a los compañeros, tanto técnicos como trabajadores con diferentes responsabilidades, ya que ellos te pueden trasladar sus inquietudes del día a día y así poder detectar necesidades. En el proceso de digitalización de esta aplicación ha sido decisiva la comunicación con el equipo para poder darle forma a cada uno de los apartados, así como hacerles partícipes durante la creación, además, es vital el feedback una vez puesta en marcha para seguir mejorándola y que la entiendan como un desarrollo cooperativo, un proceso necesario y que sus inquietudes son valoradas. Por ello, siempre digo que es un proceso de mejora continua, cada herramienta que se ha desarrollado está en constante análisis. Y, en segundo lugar, ofrecer una formación adecuada tanto en la identificación de plagas y de sus enemigos naturales como en cada uno de los apartados de la aplicación con el fin de darles el conocimiento necesario para desarrollar su trabajo con seguridad.

¿En qué competencias deberían estar formándose los ingenieros agrónomos que quieren dedicarse a esta función?

Lo primero y como es lógico, hay que tener una base técnica sobre el cultivo y entomológica muy potente, poder identificar los tipos de plagas y sus estadios así como la fauna auxiliar que podemos tener en campo, qué dinámicas siguen, etc. A partir de ahí, hay que pensar de qué manera se puede hacer una toma de datos en campo cómoda, ya que debe ser un proceso práctico e intuitivo, que no genere duplicidad de trabajos. Después, con todo eso, toca trabajar codo con codo con los informáticos y explicarles bien lo que se quiere y cómo se quiere. Por último, con todos esos datos en el programa de gestión, es importante manejar bien las herramientas de big data. Pero no son materias independientes, sino que una buena gestión de plagas debe complementarse con un correcto diseño agronómico de las explotaciones, la elección de variedades y patrones, la poda y la regulación de equipos de tratamientos.

En el proceso de digitalización de esta aplicación ha sido decisiva la comunicación con el equipo para poder darle forma a cada uno de los apartados, así como hacerles partícipes durante la creación

Teniendo en cuenta el estado del arte y la tecnología actual, ¿qué podremos ver en 5 años?, ¿y en 10? Y es arriesgado, pero con la experiencia que tienes, ¿cómo será la gestión de plagas dentro de 20 años?

Sin duda vamos hacia una agricultura con unos procesos muy tecnificados, más eficientes, con menor impacto en el entorno. Todo eso nos obliga a conocer mucho más en profundidad nuestros ecosistemas, por ejemplo, qué insectos viven en él, no sólo en la parte visible, también en el suelo, donde ya sabemos que habitan innumerables microorganismos de vital importancia. Para eso necesitamos herramientas de digitalización que nos permitan trabajar con grandes bases de datos.

¿Qué necesitamos (investigación, tecnología, innovación) para ser capaces de cumplir la estrategia farm to fork?

Para poder cumplir con los requisitos que nos exige la nueva normativa De la Granja a la Mesa del Pacto Verde Europeo vamos a necesitar seguir desarrollando estrategias combinadas para poder hacer frente a los actuales y futuros organismos nocivos que amenazan la sanidad vegetal de nuestros cultivos. Y deberá ser un desarrollo donde se integren todas las materias como la investigación de variedades o patrones resistentes a determinados patógenos, la tecnología para optimizar los procesos de la cadena alimentaria y la innovación para crear productos fitosanitarios eficaces y respetuosos con la fauna auxiliar y el medio ambiente.

Vamos hacia una agricultura con unos procesos muy tecnificados, más eficientes, con menor impacto en el entorno

¿Qué amenazas acechan a la profesión?

En el ámbito de la sanidad vegetal, sin duda sería la entrada de plagas y enfermedades no presentes en nuestros ecosistemas y que suponen una gran amenaza. Por ejemplo, la enfermedad bacteriana HLB puede ser devastadora para la citricultura tal y como la conocemos. Todo esto teniendo en cuenta que el uso de fitosanitarios es cada vez más restringido, por lo que como profesionales debemos ser dinámicos, investigar posibles estrategias y aportar soluciones. En lo referente a las competencias de nuestra profesión, veo necesaria la labor que se realiza desde los colegios y las organizaciones de poner en valor y luchar por delimitar los ámbitos en los que como profesionales tenemos atribuciones.

¿A qué retos nos enfrentamos?

Producir más alimentos para una población en continuo crecimiento, haciéndolo siempre desde los tres pilares de la sostenibilidad: económica, social y medioambiental. Conseguir producciones que cubran la demanda, respeten el medio ambiente y sean rentables.

La enfermedad bacteriana HLB puede ser devastadora para la citricultura tal y como la conocemos

¿Cuáles son los sectores de futuro para los ingenieros agrónomos?

Frente a un escenario con un clima cambiante y cada vez más globalizado, los ingenieros agrónomos jugamos un papel fundamental como transmisor de conocimiento y consultor en las actuaciones de los agricultores en materias como el control de plagas y enfermedades, la fertilización o el riego. Pero hoy ya no basta con tener conocimientos de carácter agronómico y normativo; el asesor ha de tener conocimientos en digitalización e indicadores medioambientales para asegurar que todas estas herramientas tecnológicas se utilizan de forma adecuada y conseguir una mayor sostenibilidad. El futuro de los ingenieros agrónomos es prometedor, ya que la innovación, la tecnificación de los procesos y la digitalización son claves. Las herramientas tecnológicas aplicadas a todos los procesos de producción, desde investigación de variedades y patrones, pasando por la producción y la industria alimentaria, así como la gestión avanzada de aguas y residuos, son algunos de los sectores en alza que seguirán demandando ingenieros agrónomos. También es de esperar que la agricultura sostenible y la gestión ambiental estén en constante crecimiento.